Deportes
Tapatíos disfrutan del Super Bowl
Desde temprano invaden restaurantes y bares
GUADALAJARA, JALISCO (05/FEB/2012).- Llega el gran día, Patriotas y Gigantes por la gloria del Super Bowl XLVI. Para una afición que por un momento pensó que la temporada no se celebraría y tras cinco meses de campaña regular, este era el momento de redención.
Aunque no se encuentren sobre el emparrillado los equipos deseados, como es costumbre para el Súper Domingo, en un ambiente festivo, amigos y familia se reúnen para contemplar quién será el nuevo dueño del trofeo Vince Lombardi y en Guadalajara no es la excepción.
Con ingredientes para ser un gran juego y como muestra de su creciente pasión, los amantes del deporte de las tacleadas se dan cita en bares y restaurantes de la Perla Tapatía, en el restaurante Chili’s de Centro Magno no querían perderse un minuto de acción y desde temprano invadieron el lugar.
Se acerca el momento de la patada inicial y la aguja del termómetro apenas se está calentando, las miradas no pueden despegarse de los monitores y algunos aplausos, aún tímidos, se escuchan cuando el ovoide comenzó a volar.
La mayoría de los presentes alentan a los de Nueva Inglaterra, deseosos que la explosiva maquinaria de Brady, Gronkowski, Hernández y Welker vengara la derrota sufrida ante los neoyorkinos hace 4 años que les arruinó una temporada perfecta.
El flujo de aficionados aumenta y comienza a sentirse el nerviosismo cuando los ‘Pats’ se van abajo en el marcador, sus seguidores cubren sus rostros ante la poca fortuna que han tenido, los de Giants desinhiben su entusiasmo y no reparan en aplausos festejando cada acierto de su equipo.
Pocos jerseys decoran el lugar, transcurre el juego y el lugar sigue sin registrar altos decibeles o emociones desatadas, aun así, los empleados apenas se dan abasto. Encuentro muy cerrado, dicen unos, finalmente el festejo se hace sentir, al ‘12’ de los ‘Patriots’ le dan tiempo en la zona roja, lanza de cuatro yardas para conectar con Woodhead y “touchdown” gritan en el fondo con efusividad. El partido se ha empatado, medio tiempo y la afición queda expectante para darse un respiro después de la tensión.
EL INFORMADOR / JONATHAN COMPTON
Aunque no se encuentren sobre el emparrillado los equipos deseados, como es costumbre para el Súper Domingo, en un ambiente festivo, amigos y familia se reúnen para contemplar quién será el nuevo dueño del trofeo Vince Lombardi y en Guadalajara no es la excepción.
Con ingredientes para ser un gran juego y como muestra de su creciente pasión, los amantes del deporte de las tacleadas se dan cita en bares y restaurantes de la Perla Tapatía, en el restaurante Chili’s de Centro Magno no querían perderse un minuto de acción y desde temprano invadieron el lugar.
Se acerca el momento de la patada inicial y la aguja del termómetro apenas se está calentando, las miradas no pueden despegarse de los monitores y algunos aplausos, aún tímidos, se escuchan cuando el ovoide comenzó a volar.
La mayoría de los presentes alentan a los de Nueva Inglaterra, deseosos que la explosiva maquinaria de Brady, Gronkowski, Hernández y Welker vengara la derrota sufrida ante los neoyorkinos hace 4 años que les arruinó una temporada perfecta.
El flujo de aficionados aumenta y comienza a sentirse el nerviosismo cuando los ‘Pats’ se van abajo en el marcador, sus seguidores cubren sus rostros ante la poca fortuna que han tenido, los de Giants desinhiben su entusiasmo y no reparan en aplausos festejando cada acierto de su equipo.
Pocos jerseys decoran el lugar, transcurre el juego y el lugar sigue sin registrar altos decibeles o emociones desatadas, aun así, los empleados apenas se dan abasto. Encuentro muy cerrado, dicen unos, finalmente el festejo se hace sentir, al ‘12’ de los ‘Patriots’ le dan tiempo en la zona roja, lanza de cuatro yardas para conectar con Woodhead y “touchdown” gritan en el fondo con efusividad. El partido se ha empatado, medio tiempo y la afición queda expectante para darse un respiro después de la tensión.
EL INFORMADOR / JONATHAN COMPTON
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