Deportes
Sochi, contra los 'elefantes blancos'
Las autoridades rusas pretenden convertir la localidad de 350 mil habitantes en un destino turístico interno y externo
Todo nuevo y resplandeciente, a un costo récord de 51 mil millones, para los Juegos Olímpicos de Invierno que Rusia montó durante 17 días en Sochi, una ciudad en la costa del Mar Negro que hace no más de una década estaba en el anonimato.
Pero ahora viene la mejor parte. ¿Qué pasará con todo eso? ¿Cuál será el legado para los 350 mil habitantes de Sochi?
Las autoridades rusas aseguran que su objetivo es convertir a Sochi en un destino para el turismo interno y del exterior.
Siempre en guardia ante las críticas de que los Juegos dejan “elefantes blancos” sin uso, el Comité Olímpico Internacional insistió en que Sochi es una ciudad que se mantendrá en el mapa internacional.
La agenda de eventos promete: una cumbre de las potencias del G8; el Gran Premio de Rusia de Fórmula Uno y varios partidos de la Copa Mundial de futbol en 2018, en el estadio donde se realizaron las ceremonias de inauguración y clausura de la justa de invierno.
Sobre Sochi, aún no se sabe lo que se hará con el complejo de estructuras del Parque Olímpico, con frecuentes cambios de planes. Se dice que el centro de prensa será transformado en un centro comercial y que las arenas de hockey, patinaje y curling acabarán como sitios para exposiciones o remodelarlos para otros deportes. Se ha hablado incluso de trasladarlos a otras ciudades o abrir casinos.
Tampoco existe consenso en cuanto a lo que costará el mantenimiento. Luego que la estatal Cámara de Auditoría indicará que se necesitarían de por los menos dos mil millones de dólares anuales para su preservación, el viceprimer ministro Dmitry Kozak rechazó ese estimado y aseguró que será “diez veces menos”.
La zona de la montaña, con las estaciones de esquí de Rosa Khutor y Laura, espera un incremento en el flujo de turistas.
Pero el escepticismo impera al respecto. Los precios de los hoteles (entre los 150 y 200 dólares la noche) pueden ser muy caros para el ruso común. Los turistas estadounidenses y europeos tienen opciones más cercanas a donde viven, en países que no les exigen visado, para unas vacaciones en la nieve o en el sol. Sochi también es una ciudad de difícil acceso, con pocos vuelos directos desde Europa.
Putin presume una Rusia “abierta y moderna”
Los Olímpicos de Sochi mostraron al mundo una “Rusia abierta y moderna”, declaró ayer el presidente ruso Vladimir Putin durante la ceremonia solemne de entrega de premios del Estado a los atletas rusos.
“La vocación de los Juegos era presentar al mundo una Rusia modernizada, abierta y multiforme”, declaró Putin.
“Era necesario presentar no solamente centros e infraestructuras deportivas modernas, sino que lo principal era presentar a la élite del deporte nacional” en estos Juegos en los que Rusia acabó en el primer puesto del medallero.
Desde los Juegos de Lillehammer, en Noruega (1994), Rusia no acababa en la cabeza del medallero, dándose el gusto, además, en sus primeros Juegos en el país (los de verano de 1980 en Moscú se celebraron en lo que entonces era la Unión Soviética), batir su récord de medallas (33), títulos olímpicos (13, por 11 en 1994), quedándose muy cerca del récord absoluto de Canadá, 14 oros en Vancouver 2010.
No obstante, que en Sochi se disputaron por primera vez 12 nuevas disciplinas, por lo que había 36 medallas más.
Thomas Bach, presidente del COI, destacó el “riesgo” tomado por Putin al presentar la candidatura en Sochi 2007, en una región virgen en infraestructuras deportivas, circunstancia que tuvo que paliarse con obras gigantescas.
Putin aseguró que el riesgo era compartido: “Tomamos todos ese riesgo, no solamente los representantes rusos, sino también nuestros amigos del COI”.
Luz o sombra
Sochi puede transformarse para bién o para mal. “Es una ciudad que tiene futuro”, dijo el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach.
Lo que se determinará es si será un legado de luces como el de Barcelona 92 o de sombras como el que se ha etiquetado a Beijing 2008.
Barcelona siempre es mencionada como el modelo ideal, ya que sus Juegos de verano sirvieron para que la ciudad española remozara su paisaje urbano y se catapultase como un destino que atrae a millones de visitantes año tras año.
La Villa Olímpica terminó en una zona residencial y varias de la sedes, como el Palau Sant Jordi, siguen en uso para competiciones deportivas.
En cambio, Beijing es la otra cara de la moneda. Los chinos invirtieron dos mil millones de dólares para construir 31 sedes, pero sólo han logrado sacarle provecho a un puñado, con el grueso dependiendo de subsidios para su mantenimiento. El “Nido de Pájaros” —el espectacular Estadio Olímpico en el que Usain Bolt batió tres récords mundiales en las pruebas de velocidad- básicamente está para que los turistas se saquen fotos.
Pero los ocho dólares que cuesta el paseo en su interior no es aliciente. Dentro de un año el estadio despertará para albergar un Mundial de atletismo.
Al menos el “Cubo de Agua”, el escenario donde Michael Phelps hizo historia al ganar ocho medallas de oro, fue reconfigurado en un parque acuático para la población local y las canchas de tenis alojan cada año un torneo de la serie Masters 1,000 de la ATP.
Pero las sedes de volibol de playa, remo y las de ciclismo han quedado en desuso.
FRASE
"Lo ocurrido aquí (Sochi), toda esta transformación es increíble. Ahora lo importante es asegurar que estos Juegos dejen un legado "
Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional.
Sochi 2014 vs. PyeongChang 2018: las diferencias claves
Los locales no serán potencia
Rusia se impuso en el medallero de Sochi 2014, como Canadá lo hizo en Vancouver 2010. Pero la racha triunfal de los países organizadores llegará a su fin en Pyeongchang, teniendo en cuenta que los deportistas surcoreanos sólo son históricamente dominadores en una disciplina, el patinaje en pista corta. Por mucho que mejoren en otros deportes, no será suficiente.
Bjoerndalen no estará
Ole Einar Bjoerndalen, el noruego que rompió en Sochi el récord de medallas en Juegos de Invierno al llegar a las 13, considera que es el momento de decir adiós. Colgará los esquíes en cuanto concluya la actual Copa del Mundo de biatlón, en la que quedan tres pruebas pendientes. Bjoerndalen tiene 40 años y sus primeros Juegos fueron los de Nagano 1998. Acudirá a Pyeongchang como miembro del COI.
Con frío
Como en Sochi, las instalaciones de Pyeongchang estarán divididas en dos zonas, la de costa y la de montaña. Pero ambas estarán lejos de alcanzar las altas temperaturas registradas en las estaciones de Krásnaya Poliana, que algún día llevaron a los fondistas a competir en shorts. Ni siquiera en la zona marítima de Gangneung suelen registrarse temperaturas muy por encima de cero.
Instalaciones distantes
La cercanía entre las instalaciones de hielo en Gangneung no será tanta como en Sochi, donde lo más cómodo era caminar entre unas y otras. Las estaciones de montaña están a unos 40 kms., pero subdivididas en cuatro áreas: Alpensia, Yongpyong, Jeongseon Jungbong y Bokwang. Además, el aeropuerto de referencia para viajar a los Juegos será el de Seúl, a 180 kms.
Cifras razonables
Rusia gastó 51 mil millones de dólares para la organización de Sochi 2014. No tenía una sola instalación deportiva cuando recibió el encargo de organizar los Juegos. Pyeongchang dispone ya de seis instalaciones de nieve y una de hielo y tiene previsto gastarse “sólo” unos nueve mil millones de dólares, cuatro mil de ellos en un tren de alta velocidad a Seúl.
Invitación al “vecino”
Ningún deportista de Corea del Norte obtuvo la clasificación para Sochi, ni tampoco una invitación por parte de alguna Federación Internacional. Con los Juegos de 2018 a 80 kms. de distancia, es de esperar que los atletas norcoreanos hagan un esfuerzo extra. El presidente del Comité Organizador de Pyeongchang, Kim Jin-Sun, dijo que sería “muy bueno” que sus vecinos asistieran.
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