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Se reavivan rivalidades en la Arena Coliseo

En la lucha principal de la noche, el bando técnico conformado por Máscara Dorada, Volador y Atlantis, derrotaron a los rudos, Rey Bucanero, Euforia y Último Guerrero

GUADALAJARA, JALISCO (12/NOV/2014).- La rivalidad es una cosa buena para los mortales, como dijera el poeta griego Hesiodo y eso quedó de manifiesto la noche de este martes 11 de noviembre en una función más de Martes de Glamour en la Arena Coliseo, en la que los platillos principales fueron un mano a mano entre Máximo y el Negro Casas y una lucha de relevos australianos entre Volador Jr., Máscara Dorada y Atlantis frente a Rey Bucanero, Euforia y el Último Guerrero.

Ambas batallas fueron muestra del pique existente entre rivales, por un lado al exótico Máximo contra el "4:40", quienes en la anterior función de Martes de Glamour se retaron al duelo que protagonizaron esta noche y por el otro a dos viejos ex amigos y ahora enconados rivales, Atlantis y Último Guerrero, que no han olvidado su odio desde que en lucha de apuesta, "El Ídolo de los Niños" le despojara de la incógnita al "Luchador de otro nivel".

Con la gente en las tribunas enardecida por ver combatir a sus gladiadores favoritos en el cuadrilátero, las batallas se convirtieron en auténticas guerras por demostrar quién resultaba ser el más fuerte.

En la lucha semifinal de la noche, Máximo a toda costa buscaba arrebatarle un beso al Negro Casas, pero el rudo no se dejaba y aprovechaba cualquier momento para cometer sus tropelías sobre la figura del luchador exótico, que en la primera caída fue severamente castigado en sus rodillas. Eso no impidió que el luchador científico emparejara la contienda, dando muestras de su agilidad en la segunda caída.

La tercera y definitiva trajo consigo mayores emociones, con una afición volcada sobre Máximo, la lucha se convirtió en un intercambio de desnucadoras e intentos de espaldas planas para llevarse la victoria. Pero sobre el final y ya con el Negro a su merced, Máximo finalmente pudo lograr lo que buscó toda la noche: besar al luchador rudo. Esto, lejos de ayudarle lo llevó a la ruina, pues el Negro envolvió al técnico la "casita", poniéndolo en espaldas planas y con la cuenta de tres sobre la lona llevarse la victoria.

Pero aún faltaba el plato fuerte de la noche. Sobre la pasarela llegaban uno a uno los gladiadores técnicos. Máscara Dorada, Volador y Atlantis eran vitoreados uno a uno por la concurrencia, que después transformó sus gritos de éxtasis en abucheos sobre los rudos Rey Bucanero, Euforia y Último Guerrero.

En un abrir y cerrar de ojos, los maleantes lograron llevarse la primera caída, los técnicos, capitaneados por Atlantis no sabían lo que les había pasado encima y así se fueron al segundo capítulo, donde el tono se mantuvo, con unos rudos comandados por el Último Guerrero aprovechando cada momento para cometer sus atropellos.

Pero poco después, los científicos lograron equilibrar la balanza. Con un Atlantis crecido y un Último Guerrero amedrentado por la concurrencia, estos dos gladiadores vivieron un capítulo más de su rivalidad sin desenlace; el pique entre ambos no murió cuando Atlantis le quitara su máscara al Guerrero en el aniversario 81 de la Arena México, sino que ha ido más allá y en la noche tapatía la avivaron aún más y que en esta lucha favoreció al técnico aplicándole su ya legendaria "Atlántida" al rudo para poner fin a la segunda caída.

En la tercera, ambos bandos continuaron dándose hasta con la cubeta, sin embargo, mientras la contienda maduraba, el Último Guerrero se olvidaba de pelear y evadía a sus rivales. Finalmente, el luchador rudo sacó el cobre y frente a los ojos del referee cometió un par de faltas flagrantes sobre las humanidades de Atlantis y Máscara Dorada, lo que le dio la victoria a los técnicos y que le valieron al Guerrero recibir sonoros abucheos de una afición que durante toda la lucha se metió con él.

No todo quedó ahí, pues después de proclamada la victoria de los técnicos, el Guerrero increpó al tapatío Atlantis, quien no se dejó y lanzó un reto hacia su eterno rival para protagonizar un mano a mano la próxima semana.

Así concluyó una función más de Martes de Glamour, que lejos de eso terminó convirtiéndose en un martes en el que las rivalidades estuvieron más que encendidas.

EL INFORMADOR / Alan Rodríguez
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