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Reciben con protestas a los 'azzurri'

Uno de los más atacados fue el capitán de la escuadra, Fabio Cannavaro, al que un aficionado mostró un título a 8 columnas del diario Corriere dello Sport, en el que se leía: 'Verguenza'

ROMA, ITALIA (27/JUN/2010).- La Selección Italiana de futbol fue recibida ayer con insultos a su arribo al país europeo, tras su histórica eliminación en el Mundial de Sudáfrica.

“Vergüenza”, “nos han avergonzado” ó “nos han humillado”, fueron algunas de las frases con las que unos 20 aficionados recibieron a los “azzurri”, tras su arribo en el aeropuerto Fiumicino de Roma, poco después de las 8:00 horas locales.

Uno de los más atacados fue el capitán de la escuadra, Fabio Cannavaro, al que un aficionado mostró un título a 8 columnas del diario Il Corriere dello Sport, en el que se leía: “Verguenza”.

“La gente ha entendido”, fue el único comentario del futbolista ante el “pelotón” de reporteros y cámaras de televisión.

Los deportistas desfilaron en silencio protegidos por agentes de las fuerzas del orden, para abordar un autobús.

No obstante, el vuelo prosiguió con algunos de los seleccionados a Milán, a donde arribó poco después de las 10:00 horas locales, en medio de la indiferencia general.

Según medios locales, durante el vuelo desde Sudáfrica, Simone Pepe, del Juventus, no escondió su enojo contra los periodistas, en particular por una caricatura publicada la víspera, por el cotidiano Il Giornale, con 11 ataúdes azules en el campo de juego.

“¿Quién escribe para Il Giornale entre ustedes? ¿No hay nadie?”, demandó a los enviados de los medios de comunicación.

Al ver que no estaba presente ningún reportero del cotidiano milanés, amenazó con “hacerle un ataúd”, al autor de la caricatura.

“Los ataúdes son una cosa vergonzosa”, insistió.

Italia, ganadora del Mundial de Alemania 2006, fue eliminada en Sudáfrica al primer turno y se ubicó en el último lugar de la clasificación del Grupo F, detrás de Paraguay, Eslovaquia y Nueva Zelanda.

Pide FIFA a políticos franceses no intervenir

La FIFA advirtió ayer a políticos franceses que eviten interferir en el funcionamiento del futbol, mientras se sucedían reuniones de alto nivel en París por la traumática salida de “Les Bleus” de la Copa del Mundo.

“Hablé con la oficina de la ministra de Deportes y les dije que sean muy cuidadosos”, dijo el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke.

“Existe una autonomía del movimiento deportivo y no puede haber ninguna interferencia política en lo que suceda”, agregó.

La campaña en Sudáfrica de los subcampeones del 2006 difícilmente podría haber sido peor: Los jugadores se sublevaron por la expulsión del equipo del delantero Nicolas Anelka por insultar al entrenador y Francia terminó última en su grupo tras sólo un empate y dos derrotas.

Tal es la angustia nacional que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, instó a una reorganización del futbol y se reunió con uno de los líderes del equipo, Thierry Henry.

La ministra de Deportes, Roselyne Bachelot, ha acusado a “inmaduros líderes de pandilla” en el campo y dijo que la renuncia del presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Jean-Pierre Escalettes, es “inevitable”.

“Definitivamente veremos lo que está haciendo Francia”, señaló Valcke, en una conferencia de prensa en las oficinas centrales de la Copa del Mundo en el estadio Soccer City de Johannesburgo.

“En pocas palabras, se supone que nadie puede pedir a alguien que renuncie. La persona es elegida. Si tiene la sensación de que ha fallado en lo que ha hecho, entonces puede renunciar. Y luego se tendrán que organizar elecciones”, explicó.
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