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Rambleño de puerta grande...

De los Toros con Verdad por FRANCISCO BARUQUI M.

Madrid (Séptima corrida de San Isidro).- Así como mencionaba sobre las características del ganado de José Luis Pereda que dan siempre la desconfianza de la mansedumbre, la falta de casta y fuerza, el hierro de Las Ramblas me motiva cuando he tenido la suerte de ver ejemplares verdaderamente interesantes por su bravura y emotividad, — recuerdo años atrás la despedida en Las Ventas a la que asistí del maestro Antoñete enfrentándose a dos en solitario en fecha casi de invitación —, y otras corridas destacables de recuerdo grato.

En esta ocasión, ha venido un encierro terciado, desigual, — QUE ES EL TENOR DE LAS CORRIDAS DE ESTE FERIAL ISIDRIL —, con dos bureles que en otras ferias anteriores no hubiesen pasado por cuanto a presencia, pero que ahora…  Ahora la cosa está para que el público trague, Sevilla de primero, — y lo más lamentable, sin chistar —, pero que en variedad de tipos y pelajes, con matices de fuerza y condiciones, tuvieron movilidad y cierta transmisión, obligando a los toreros a poner toda la carne en el asador a fin de lucir, incluyendo un sobrero del Marqués de Domecq con el que se parchó saliendo en el sitio quinto y en similar tenor pero…

Pero he aquí que para cerrar plaza había un ejemplar castaño, bociblanco de espléndidas hechuras y astifino como fueron los seis, para orgullo del criador y oportunidad de consagración del matador.

Dechado de bravura y pujanza; largo, muy largo de arrancada comiéndose la muleta desplazándose y repitiendo con mayor poderío yendo siempre a más metiendo el morro con claridad y estilo pero…

Pero con casta, en bravo y no en el tonto bobalicón que tanto gusta a los de luces, que no.  Tenía fijeza y son, en donde se le dejaba quedaba presto para arrancarse de nuevo apenas poniéndosele el engaño para citarlo.  Un astado de excepción de los que salen de cuando en vez y que al más leve error que delante de él se cometa, lo cobran con la cornada.

Un toro, sí, de puerta grande…

Luis Bolívar, el colombiano que viene triunfando desde Sevilla y luego en Madrid, salió por su consolidación sabiendo la clase de toro que era el rambleño.  Poco lució de capote, pero con la zarga inició su faena con toreo por abajo con la diestra cuajando series templadas que se le corearon. Estaba confiado y sabía lo que en frente tenía, solo que en un cambio de mano quedó descolocado sintiéndolo el bravo infiriéndole una cornada en la parte alta de la pantorrilla provocándole el sangrado.

Torniquete con el corbatín de “El Fandi”, y sin mirarse la ropa Bolívar siguió echándose la flámula a la izquierda y volviendo a la derecha para ligar dos tandas más.  Perfilándose en corto y por derecho se fue con rectitud tras de la espada cobrando entera que bastó ganándose una oreja y retirándose por su propio pie a la enfermería.

Qué toro tan importante para un torero pleno de raza y valor que tal vez en mejor condición física sin la cornada, podría haber tomado otro nivel.

En su primero estuvo en profesional pero sin lograr remontar.  Deja magnífica impresión y deseos de seguirle viendo.  Buen momento en el que está.

A Juan Bautista le he visto queriendo sí, pero no lo suficiente.  Con los de su lote, que si bien el primero, — impresentable para Madrid —, estaba medido de condición de fortaleza, el cuarto que exigía del torero más entrega, actitud y recursos, para hacerse de él cuando acometía con emotividad teniendo viaje y cadencia, pudo haber estado mejor por cuanto a la disposición, pero no, salvo en aislados momentos no consiguió conectar, a lo que si se añade pasarse con el acero, pues no precisamente con palmas se le despidió.

Por cuando al granadino David Fandila “El Fandi”, le sigo viendo como un torero garantía de espectáculo que sale a darse y transmite llegándole fuerte a los tendidos.

Mucho más afinado con su toreo de capote lanceando a la verónica con ritmo y juego de brazos, cargando la suerte y rematando con media y revolera para escuchar aplausos, con las banderillas se lo lleva todo…  Y cuando digo todo, créalo amigo aficionado lector, lo digo todo.  Fuerza de piernas y condiciones físicas extraordinarias que le permiten correr, pero atención, templando, a la misma velocidad para adelante que para atrás, encontrando toro en cualquier parte del ruedo, toreando mucho en el viaje y llegando a la reunión con cadencia sacando los palitroques desde abajo muy igualados para gallear al burel de frente luego de clavar los rehiletes. Explotan los tendidos. De los mejores banderilleros con personalidad propia de los últimos tiempos.

Con la muleta supo plantear sus trasteos imprimiendo trazo y desarrollo, pero pechando a veces con cierta falta de fuerza y las embestidas cortas, faltas de clase y recorrido que le ofrecieron sus toros. Entusiasta durante toda su actuación dejó buen sabor y gusto por verle de nueva vez.

Para hoy, la octava, el primer cartel fuerte del ciclo con toros de Garcigrande – espero, confío y deseo que salgan con fuerza y no con la preocupante debilidad que muchas veces manifiestan —,  para Morante de la Puebla que pasa por un momento simple y llanamente extraordinario, alternando con Sebastián Castella y Alejandro Talavante, quien después de la ausencia que tuvo en su encerrona matritense del Domingo de Resurrección, tiene la oportunidad de remontar toda vez que triunfó en la feria sevillana.

Triunfo, pues, para los tres.

Correo electrónico: francisco@baruqui.com
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