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Prostitutas en Brasil hablarán inglés y español
Las trabajadoras sexuales se previenen para recibir turistas en los próximos meses
"Esto va a estar lleno de turistas y a los que son de afuera les gusta gastar. Pagan y ya, sin regateo, no son como la mayoría de los de aquí", dice Vitoria, de 26 años, que cubre su voluminoso cuerpo con un vestido rosa muy corto.
A plena luz del día, antes del almuerzo, la actividad en uno de los moteles de la calle Guaicurús, en Belo Horizonte (sureste), ya es intensa. En el pasillo amarillento y mal iluminado, las 'garotas' paradas junto a las puertas se subastan a la montonera de hombres que van llegando en busca de placer.
La ciudad recibirá tres juegos de la Copa Confederaciones de junio y seis del Mundial, incluida la semifinal en ambos torneos. El gobierno local dijo a la AFP que estima que en junio llegarán 40 mil turistas, y 180 mil en 2014.
Inglés erótico básico
En Belo Horizonte, hay unas 80 mil meretrices, pero en su gran mayoría sólo hablan portugués. Para facilitar el trabajo con los turistas que llegarán en los próximos meses, la Asociación de prostitutas del estado (Aprosmig) ofrece desde hace dos meses cursos gratuitos de inglés.
"No es sólo por la Copa, lidiamos con 'gringos' día a día en la calle y discotecas, lo que queremos es calificar y capacitar al movimiento para que estén mejor atendidos", explicó Cida Vieria, presidenta de la asociación.
El único requisito para tomar el curso es ser prostituta, indica.
"Good morning girls!" (¡Buenos días, chicas!), saluda a sus alumnas Igor Fuchs, uno de los dos profesores voluntarios del curso, que también ofrece clases de francés y español.
Las clases de inglés básico incluirán "una demostración con objetos de tiendas eróticas, para que aprendan los nombres, cómo utilizarlos, cómo ofrecerlos", precisa Fuchs.
Unas 300 prostitutas se inscribieron, aunque la capacidad es para veinte.
La asistencia a las clases en un centro comercial es irregular y las más jóvenes no siempre consiguen llegar por los apretados horarios. Quedan las más veteranas, como Maria Aparecida, de 55 años. "Siempre quise aprender inglés", dice a la AFP.
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