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Prostitutas en Brasil hablarán inglés y español

Las trabajadoras sexuales se previenen para recibir turistas en los próximos meses

BELO HORIZONTE, BRASIL (02/MAY/2013).- Vitoria recibe diariamente una  veintena de hombres, que entran y salen de su cuartucho oscuro sin mirar a los lados: esta prostituta de Belo Horizonte quiere aprender inglés y ampliar su clientela con los extranjeros que visitarán Brasil para la Copa Confederaciones y el Mundial 2014.

"Esto va a estar lleno de turistas y a los que son de afuera les gusta gastar. Pagan y ya, sin regateo, no son como la mayoría de los de aquí", dice Vitoria, de 26 años, que cubre su voluminoso cuerpo con un vestido rosa  muy corto.

A plena luz del día, antes del almuerzo, la actividad en uno de los moteles de la calle Guaicurús, en Belo Horizonte (sureste), ya es intensa. En el  pasillo amarillento y mal iluminado, las 'garotas' paradas junto a las puertas  se subastan a la montonera de hombres que van llegando en busca de placer.

La ciudad recibirá tres juegos de la Copa Confederaciones de junio y seis del Mundial, incluida la semifinal en ambos torneos. El gobierno local dijo a  la AFP que estima que en junio llegarán 40 mil turistas, y 180 mil en 2014.

Inglés erótico básico

En Belo Horizonte, hay unas 80 mil meretrices, pero en su gran mayoría sólo hablan portugués. Para facilitar el trabajo con los turistas que llegarán en  los próximos meses, la Asociación de prostitutas del estado (Aprosmig) ofrece desde hace dos meses cursos gratuitos de inglés.

"No es sólo por la Copa, lidiamos con 'gringos' día a día en la calle y discotecas, lo que queremos es calificar y capacitar al movimiento para que  estén mejor atendidos", explicó Cida Vieria, presidenta de la asociación.

El único requisito para tomar el curso es ser prostituta, indica.

"Good morning girls!" (¡Buenos días, chicas!), saluda a sus alumnas Igor  Fuchs, uno de los dos profesores voluntarios del curso, que también ofrece clases de francés y español.

Las clases de inglés básico incluirán "una demostración con objetos de  tiendas eróticas, para que aprendan los nombres, cómo utilizarlos, cómo  ofrecerlos", precisa Fuchs.

Unas 300 prostitutas se inscribieron, aunque la capacidad es para veinte.

La asistencia a las clases en un centro comercial es irregular y las más  jóvenes no siempre consiguen llegar por los apretados horarios. Quedan las más  veteranas, como Maria Aparecida, de 55 años. "Siempre quise aprender inglés",  dice a la AFP.

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