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Poco que festejar en el Clásico

Las porras rojiblanca y azulcrema se quedan con ganas de gritar gol

GUADALAJARA, JALISCO (13/MAY/2016).- Hubo de todo en el encuentro de ida de los cuartos de final entre Chivas y América, pero faltó lo más esencial: el gol. Los más de 42 mil asistentes al Estadio Chivas, así como los millones de aficionados de ambos equipos, tendrán que esperar hasta la noche del domingo para desatar su emoción en uno o varios gritos que podrían significar el pase a semifinales de uno de los dos conjuntos más populares del país.
 
Desde la salida de los equipos al calentamiento previo, la afición rojiblanca se hizo sentir. América saltó primero al terreno de juego y fue cobijado por un sonoro abucheo; instantes después lo hizo el Guadalajara entre aplausos, gritos de apoyo y música de mariachi.
 
Minutos después del comienzo del calentamiento, la lluvia se soltó sobre el recinto rojiblanco, mientras que en las pantallas gigantes era transmitido un video con los momentos más representativos en la historia del equipo que recién ha cumplido 110 años de existencia, desde goles en el Clásico Nacional hasta los momentos más sobresalientes del club a nivel internacional.
 
Un mosaico con los colores rojo y blanco fue mostrado por los asistentes que se ubicaban en la cabecera sur del estadio, mientras que el grupo de animación de los tapatíos arengaba con cánticos a sus jugadores, quienes, tal y como lo marca el protocolo de la Liga MX, ingresaron a la cancha junto al conjunto americanista. Rubens Sambueza, figura  y capitán de las Águilas, fue a fundirse en un afectuoso abrazo con Matías Almeyda. El motivo: Ambos personajes surgieron de las divisiones inferiores de River Plate y vistieron por un largo tiempo la camiseta de la Franja Roja.
 
Los primeros minutos fueron de verdadero vértigo para los aficionados de ambos equipos, mientras la barra rojiblanca se dedicaba a entonar el grito de "Dale Rebaño, queremos la copa", los demás aficionados abucheaban cada que el equipo capitalino se adueñaba del esférico.
 
En los primeros minutos de la segunda mitad, cerca de 100 aficionados de la barra azulcrema, mismos que llegaron tarde al encuentro, entonaron en coro el "Vamos América", pero este himno fue apagado rápidamente por el griterío de los seguidores del Rebaño, quienes se quedaron con las ganas de gritar gol cuando Carlos Salcido sacó un fogonazo que se quedó a centímetros de convertirse en anotación.
 
Con el transcurso del tiempo, el árbitro César Arturo Ramos se convirtió en el blanco de todos los reclamos e insultos de la afición. Al minuto 11, Rubens Sambueza hizo de las suyas al derribar con una barrida, con los tachones por delante, a Jesús Sánchez, acción que suponía la segunda amarilla y la expulsión para el argentino.
 
Los reclamos de todo un recinto tuvieron efecto en las decisiones del central e instantes después expulsó al capitán de la escuadra azulcrema por una falta sobre el "Conejo" Brizuela, por lo que el público del chiverío festejó la tarjeta roja como si se tratara de un gol.
 
El árbitro volvió a convertirse en el protagonista de la noche. De nueva cuenta el cartón rojo salió de su pantaloncillo, pero en esta ocasión para expulsar de la cancha al delantero de Chivas, Ángel Zaldívar, por lo que la emoción con la que la mayoría del público observaba el encuentro poco a poco se convirtió en murmullo hasta el silbatazo final.  
 
EL INFORMADOR Felipe Romero
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