Deportes
Paco Ramírez se va incomforme de C. U.
El técnico de las Chivas sale del juego con un sabor amargo por el empate
MÉXICO, D.F.- Recibir un gol casi al final del partido cuando se tuvo la ventaja gran parte del mismo y quedarse sin dos puntos más que ya sentía en la bolsa dejó a Francisco Ramírez, técnico del Guadalajara, con un sabor amargo, tras el 1-1 ante el Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
"Sí deja un sabor amargo", indicó el estratega en conferencia de prensa al final del partido, disputado este medio día a puerta cerrada en el estadio Olímpico Universitario como medida de precaución ante el brote de influenza en el Distrito Federal.
Admitió que no tuvo la fuerza y los arrestos necesarios para soportar los embates de un cuadro universitario que los echó para atrás casi la totalidad del segundo tiempo y lamentó que una jugada a balón parado les costara verse empatados 1-1 casi al final.
"Nos faltó competencia, al final bajamos el ritmo, la intensidad, terminamos muy metidos en la parte de atrás, no tuvimos el control del balón para tener el tiempo de ir a atacar", comentó.
Cuando algunos de sus pupilos señalaron que jugar a esta hora es muy difícil, coincidió con ellos y dijo que si el Guadalajara estuvo muy tirado a la defensiva fue por el empuje que puso el Pumas por alcanzarlos en el marcador.
"Creo que fue por el trabajo del Pumas, ellos tuvieron una buena posesión y a nosotros nos faltó eso para ser más agresivos en el último tercio de la cancha, mis jugadores estuvieron metidos atrás por esta situación", señaló.
Lamentó que un partido de esta importancia y expectativa para el público se jugara a puerta cerrada porque "sin duda que la afición es el corazón del futbol, es la que te empuja y te exige para que des ese extra, es muy triste jugar un partido sin aficionados".
Ramírez agregó "me habría encantado llevarme los tres puntos, sé que hay detalles para corregir, ahora vamos a darle toda la fuerza y la intensidad para seguir adelante en Copa Libertadores, así hay que cambiar el chip", dijo respecto al partido del miércoles frente al equipo chileno Everton en Viña del mar, dónde con un empate habrán calificado a la siguiente ronda.
"Sí deja un sabor amargo", indicó el estratega en conferencia de prensa al final del partido, disputado este medio día a puerta cerrada en el estadio Olímpico Universitario como medida de precaución ante el brote de influenza en el Distrito Federal.
Admitió que no tuvo la fuerza y los arrestos necesarios para soportar los embates de un cuadro universitario que los echó para atrás casi la totalidad del segundo tiempo y lamentó que una jugada a balón parado les costara verse empatados 1-1 casi al final.
"Nos faltó competencia, al final bajamos el ritmo, la intensidad, terminamos muy metidos en la parte de atrás, no tuvimos el control del balón para tener el tiempo de ir a atacar", comentó.
Cuando algunos de sus pupilos señalaron que jugar a esta hora es muy difícil, coincidió con ellos y dijo que si el Guadalajara estuvo muy tirado a la defensiva fue por el empuje que puso el Pumas por alcanzarlos en el marcador.
"Creo que fue por el trabajo del Pumas, ellos tuvieron una buena posesión y a nosotros nos faltó eso para ser más agresivos en el último tercio de la cancha, mis jugadores estuvieron metidos atrás por esta situación", señaló.
Lamentó que un partido de esta importancia y expectativa para el público se jugara a puerta cerrada porque "sin duda que la afición es el corazón del futbol, es la que te empuja y te exige para que des ese extra, es muy triste jugar un partido sin aficionados".
Ramírez agregó "me habría encantado llevarme los tres puntos, sé que hay detalles para corregir, ahora vamos a darle toda la fuerza y la intensidad para seguir adelante en Copa Libertadores, así hay que cambiar el chip", dijo respecto al partido del miércoles frente al equipo chileno Everton en Viña del mar, dónde con un empate habrán calificado a la siguiente ronda.
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