Deportes

Pablo Hermoso conquista Tlaquepaque

El rejoneador español da cátedra en El Centenario y sale como único triunfador del festejo, al cortar dos orejas a su segundo toro de la noche

CIUDAD DE MÉXICO (20/MAR/2015).- Abarrotada lució anoche la plaza de toros El Centenario de Tlaquepaque, durante el festival a beneficio organizado por la empresa Casa Toreros, en el que el rejoneador español Pablo Hermoso dio cátedra del rejoneo de calidad, al salir como único triunfador del festejo con dos orejas.

Abrió plaza el novillero tapatío Carlos Casanueva, que reapareció luego de la fuerte cornada sufrida en días pasados en la Nuevo Progreso. El joven coleta pechó con un novillo de pocas posibilidades, al que logró ligarle derechazos de calidad, asentado, pero quedó en eso, en destellos de buen quehacer y con mejor entendimiento que en sus anteriores actuaciones.

En segundo lugar vino el mano a mano de Hermoso de Mendoza con la mexicana Mónica Serrano. Pablo dejó constancia de por qué sigue siendo el número uno. En ambos toros el navarro lució su perfecto manejo de cabalgaduras, haciendo gala de las cualidades de su cuadra, con giros, cambios y acertado con lo rejones.

La faena climática de la noche estuvo precisamente a cargo de Hermoso de Mendoza. Su segundo ejemplar se prestó para que Pablo conquistara a la afición. Lució con banderillas a dos manos y únicos cambios en sus caballos, además de encender al público con el temple que imprime entre caballo y toro. Despachó a su último toro de entera, para hacerse acreedor a las dos orejas, el único premio de la noche.

Y se presentó Mónica Serrano. Luciendo una espectacular cuadra, Mónica anduvo errática con su primer enemigo. La puntería le falló en todas las ocasiones, dejando rejones a medio cuerpo del toro, acción que de inmediato el público le protestó. Igual que con los rejones, en banderillas Mónica anduvo fuera de sitio, dejando los adornos muy por fuera del morro del astado. Con el acero no fue la excepción, y tuvo que acabar con la vida de su astado su banderillero, con un golpe de descabello.

En su segundo el panorama cambió. Mónica se mostró más acertada en rejones y banderillas, e hizo gala de temple con su cabalgadura. El público le reconoció la labor, pero poco duró. Una faena que pudo haber sido de oreja, Mónica la dejó ir con el rejón de muerte, pues pinchó trasero, con poco efecto de muerte en el astado. Sin bajar del caballo, Serrano ordenó que de nueva cuenta su banderillero descabellara al que cerró plaza, pero luego de más de siete golpes, sonó un aviso, lo que acabó en protestas hacia la rejoneadora por parte del público, con el que, por cierto, Mónica se sigue enganchando.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando