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Paavo Nurmi, el finlandés volador

El atleta demostró en la pista sus cualidades que lo convirtieron en la sensación del deporte

GUADALAJARA, JALISCO (05/JUL/2016).- Antes de que los Juegos Olímpicos llegaran a tener la magnitud con la que cuentan en la actualidad, grandes figuras y leyendas del deporte ya se habían erigido, entre ellas un atleta que rompió toda barrera y dejó registros que tardaron décadas en igualarse.

Se trata de Paavo Nurmi, nacido en 1897 en Turku, Finlandia, perteneciente a una generación dorada de atletas finlandeses que sorprendieron al mundo en los primeros años del olimpismo moderno.

Nurmi, quien abandonara sus estudios a los 12 años para apoyar a su madre, se inspiró en el legado de Hannes Kolehmainen (cinco veces medallista de los Juegos Olímpicos) para prepararse como atleta, sometiéndose a un estricto programa de entrenamiento que mostraría sus frutos cuando realizaba su servicio militar en 1919, estableciendo marcas nacionales que le sirvieron para llegar a los Juegos Olímpicos de Amberes, un año después.

En dicha justa olímpica en Bélgica, Nurmi logró su primera medalla, una plata, ésta en la competencia de los cinco mil metros, siendo superado por el francés Joseph Guillemot, quien sería el único atleta no nacido en Finlandia que derrotaría a Nurmi en los Juegos Olímpicos.

La plata no fue suficiente para el joven finlandés de 22 años, quien lograría tres oros en Amberes, dos de ellos individuales, en las pruebas de los 10 mil metros y en campo traviesa, con su tercer metal áureo en la prueba de campo traviesa por equipos. En una sola actuación olímpica, Paavo Nurmi estuvo a una sola medalla de oro de igualar lo hecho por su ídolo, Hannes Kolehmainen.

Sus primeros éxitos olímpicos no impidieron que afinara su preparación y su técnica a la hora de correr, pues cada carrera que realizaba era analizada meticulosamente a fin de que el esfuerzo que hicieran sus competidores fuera infructuoso.

Así, en 1921 Nurmi conseguía su primer récord mundial en los 10 mil metros, rompiendo las marcas de los dos mil, tres mil y cinco mil metros en 1922; los mil 500 metros y la milla se sumaron a su lista de récords en 1923 y defendería los récords en la milla, cinco mil y 10 mil metros, proeza nunca alcanzada hasta nuestros días.

Con una extensa lista de marcas y logros en su historial, Nurmi llegaba a los Juegos de París en 1924 como una de las máximas figuras y las expectativas que se hicieron de él fueron altas, por lo que el finlandés se encargó de no decepcionar.

En sólo cuatro días de competencia, Paavo Nurmi se convirtió en el primer atleta en la historia en conseguir cinco medallas de oro en una sola edición de Juegos Olímpicos. En los mil 500 metros y en los cinco mil metros se llevaría el primer lugar de la mano con récords mundiales; entre ambas finales, el finlandés sólo tuvo una hora de descanso.

En la prueba a campo traviesa, el finlandés además de vencer a sus competidores tuvo que superar las condiciones extremas bajo las cuales se desarrolló la carrera, pues sólo 15 de 38 competidores lograron terminar, gracias a un temperatura que rondó los 45 grados centígrados. Además del oro en esta prueba, lo logró también por equipos, cerrando la justa con el oro en los tres mil metros por equipo.

Tras su impresionante éxito en París, Nurmi tuvo una gira a lo largo de cinco meses y de 55 carreras en Estados Unidos durante 1925, de las cuales ganó 51, perdió tres y abandonó una más; la primera derrota de Nurmi en territorio estadounidense se dio en el Yankee Stadium, una carrera de media milla que puso fin a una racha de 121 victorias consecutivas en pruebas de más de 800 metros.

Con menor motivación que en sus participaciones olímpicas anteriores, Nurmi llegó a los Juegos de Amsterdam en 1928 en ampliar su legado, pero teniendo una participación limitada en tres eventos. El finlandés se despidió de Amsterdam con un oro en los 10 mil metros y medallas de plata en los cinco mil metros y en los tres mil metros con obstáculos.
Tras esta participación se concentró en eventos de distancias más largas, entre ellas el maratón, evento que quería correr en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en 1932, pero una comisión de la IAAF le impidió competir en la justa, pues ya se le había suspendido con anterioridad al poner en duda su etiqueta de amateur.

Dicha negativa que le fue impuesta para competir levantó polémica entre la delegación finlandesa, que solicitaba la participación de Nurmi, sin embargo, nunca hubo un pronunciamiento oficial que le permitiera competir.

En 1934 se retira como atleta, asume el rol de entrenador de la Federación de Atletismo de su país, hasta 1936, año en el que comienza a convertirse en un hombre de negocios, que llegó a ser uno de los más ricos de Finlandia, gracias a su incursión en la construcción.

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