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Óscar Figueroa, el forzudo que se levantó a sí mismo

El pesista sudamericano, después de años de altibajos y de lesiones, subió al podio olímpico, para colgarse una presea plata

LONDRES, INGLATERRA (30/JUL/2012).- Tenía una cuenta pendiente con el destino y este lunes la cumplió: después de años de altibajos y de lesiones, el pesista colombiano Óscar Figueroa se puso de nuevo en pie e hizo su sueño realidad y subió al podio olímpico, para colgarse una plata con mucho brillo.

Sabe incluso a oro, sobre todo si se tiene en cuenta que muchos vaticinaron que su carrera estaba declinando y que ya no iba a tener la oportunidad de conseguirlo, pero Figueroa es fuerte no sólo con sus bíceps, sino anímicamente, algo que ha sido clave para su resurrección.

En Atenas-2004 consiguió un meritorio quinto puesto, con 21 años, y pudo haber logrado algo más, el bronce, porque igualó a marca (280 kilogramos) con otros competidores, pero su mayor peso corporal, 75 gramos más, le relegó a esa quinta plaza a la hora de definir el orden de posiciones.

En el Mundial de Santo Domingo-2006, en la República Dominicana, se colgó la plata en la categoría de -62 kilogramos, la misma en la que ahora ha sido subcampeón olímpico en Londres y las expectativas eran altas de cara a los Juegos Olímpicos de Beijing-2008, pero una inoportuna lesión lo cambió todo.

Tenía problemas en una muñeca y no pudo competir en buenas condiciones, aunque algunos especularon con que la lesión era una excusa y que realmente no estaba en forma, ni tampoco bien preparado para afrontar un desafío tan importante.

Fueron quizás los días más difíciles, esos en los que pudo haber pasado página e iniciado una nueva vida, pero la pasión por competir y su espíritu de superación le llevaron a seguir, sin escuchar las críticas e intentando pasar desapercibido, en un deporte que ayuda a ello por su eco reducido.

Los resultados no tardaron en llegar y el oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara-2011 fue el presagio de su gran noche londinense, donde el norcoreano Kim Un Guk, de 23 años, levantó diez kilos más que él (327 contra 317 kilogramos), por lo que se llevó el oro.

"Gracias a Dios esta vez se nos dieron las cosas, es una tercera oportunidad que me brinda la vida. Estoy muy contento por este título, fue muy merecido. Era mi tercera Olimpiada y hacía mucho tiempo veníamos buscando un triunfo como este", comentó el pesista vallecaucano.

No sólo se irá de Londres con una plata, sino con un récord olímpico, el de envión, vigente desde 1983 (176 kg). Él levantó 177 kg y dijo que creía que su fortaleza mental, la misma que le ayudó en los peores momentos post-Beijing, había sido determinante.

"Era al todo o nada, me sentía muy bien y esto era lo ideal, ir al todo por el todo", declaró Figueroa, sin poder evitar las lágrimas.

"Intenté concentrarme mucho más y tranquilizarme porque había mucha ansiedad", señaló al hablar de su tercer y último intento en el envión, en el que levantó los 177 kg.

Colombia tiene un nuevo héroe para su deporte olímpico, en un Londres-2012 que está siendo fructífero, tras la plata el sábado del ciclista Rigoberto Urán en la carrera en ruta. Y sólo se llevan tres días desde la inauguración oficial del viernes.
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