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Oro fugado

La brasileña Adriana da Silva arrebata, en la recta final, a Madaí Pérez el título panamericano del maratón femenil

GUADALAJARA, JALISCO (24/OCT/2011).- De entre esos consuelos que terminan siendo más afligidos y dolorosos que reparadores, con esa etiqueta que le colgó la afición a la medalla de plata de “no merecía perder”, la mexicana Madaí Pérez tuvo que conformarse con la segunda posición de una competencia en la que dominó prácticamente todo el trayecto y que al final entre el sol, la humedad y el desgaste de hacer una fuga en solitario le cobró la factura con el precio del oro.

Segura de la pretemporada que ha realizado en las altas montañas de Tlaxcala y Toluca, confiada en sus tiempos y resultados, la mexicana protagonizó una competencia con las mejores 20 corredoras del Continente americano y se fue de líder apenas se dio el disparo de salida.

Las principales avenidas de la ciudad fueron testigo del paso de la mexicana que mantuvo un ritmo de atletismo de pista considerando que los primeros 10 kilómetros pasó la marca parcial en 36 minutos a un ritmo de menos de cuatro por kilómetro.

Madaí, conocedora del terreno de la competencia en la que ha estado en los últimos seis años y que en el tramo de ella ganó apenas en septiembre pasado los 21 kilómetros del Atlas Colomos y desde ahí anunció su triunfo para los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, aprovechó su experiencia en el territorio para irse al ataque en solitario manteniendo una ventaja importante sobre el grupo que se alargó ante su intenso paso y que se fue fragmentando y esparciendo con los cuerpos multicolores de cada atleta a lo largo de las principales avenidas de la Perla Tapatía por los que pasó la ruta que reunió a miles de aficionados al borde de vallas desde las que agitaban sus banderas y lanzaban ese viento refrescante en el que se convirtió la porra con el sol aplomo del atardecer tapatío.

Madaí pasó en solitario los primeros 20 kilómetros con un parcial de 1:12:01 y la distancia que había logrado sobre sus rivales se mantuvo hasta el kilómetro 30 cuando pasó un puesto de abastecimiento y no logró suministrarse lo que quizá después le afectó en su rendimiento exigido en piernas cuando la brasileña Adriana da Silva comenzó a remontar para alcanzarle en la zona más peligrosa, la de Avenida Vallarta que tiene un ascenso que no se ve a primera vista pero que se siente y que la mexicana lo conocía.

Después de rebasarla en un mano a mano que sólo duró un par de kilómetros, la deportista de Tlaxcala tuvo que ceder el terreno para conformarse con la segunda posición de un alcance sorpresivo que le dio el oro a Brasil y esa plata que más que premio, por la expresión en meta para la mexicana parecía un castigo y podría rescatarse un refrán tan mexicano como: “Tantas veces fue el burro al molino, que olvidó el camino”.

La tlaxcalteca no se reprochó nada. “Amarga sería la medalla si yo hubiera dejado algo en mis piernas, si me hubiera conformado con la plata, pero yo dejé todo, luché con todo, salí a buscar la de oro y eso me da una satisfacción a mí”.

El grito de los aficionados explotaba al verla aproximarse. “íSí se puede, sí se puede!”. La tribuna al pie de La Minerva impulsaba a la mexicana. Pero no, esta vez no se pudo, Madaí.

EL MARCADOR

2:36:37


Es el nuevo récord panamericano en el maratón femenil impuesto por la brasileña Adriana da Silva

EL PODIO


Maratón femenil

Oro: Adriana da Silva

Plata: Madaí Pérez

Bronce: Gladys Tejeda
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