Deportes
Michael Phelps asegura no ser imbatible
El nadador norteamericano aseguró que todo el mundo puede ser vencido, puesto que nadie está exento de la derrota
Con las cinco medallas conseguidas de oro conseguidas hasta ahora en Beijing, Phelps contabiliza 11 metales dorados en unos Juegos Olímpicos, el mayor número conseguido jamás por un deportista en estos eventos y, además, ocupa el primer puesto de la tabla de medallistas en natación, con 13.
El estadounidense dejó atrás al legendario Mark Spitz, que ostenta nueve oros al igual que a la ex gimnasta soviética Larisa Latynina y los atletas Paavo Nurmi y Carl Lewis.
“Siempre quise ser un atleta olímpico cuando crecía, son mis terceros Juegos, es el mayor honor, no tengo palabras (...) después de (los 200 m mariposa) empecé a darme cuenta de ello, ahora tengo que concentrarme en las demás carreras, pero vaya, 'el más grande olímpico de todos los tiempos', es algo muy bueno, me siento muy honrado”, dijo a periodistas.
Ya en calma tras las batallas, Phelps relató que el último mensaje de texto que leyó antes de entrar a la piscina fue el de un amigo, que después de bromear y escribirle que “es ridículo las veces tengo que ver tu horrible rostro cada día”, envió otro que decía: “Es hora de ser el mejor de todos los tiempos”.
Como si la presión de la piscina no fuera suficiente, el moderador de la conferencia advirtió a Phelps que sólo “restaba un minuto” en tanto el estadounidense buscaba el mensaje de su amigo.
“La Bala de Baltimore” cumplió al pie de la letra con lo de ser el mejor y se llevó el oro en los 200 metros mariposa y en los relevos 4x200 libre, en ambos casos con nuevo récord mundial.
Como si obtener cinco oros con cinco plusmarcas mundiales en cuatro días no fuera ya algo extraordinario, Phelps se lamentó por el problema que tuvo con sus gafas para el agua en la prueba de mariposa, que no le permitió “ir más rápido”.
“No podía hacer nada una vez en el agua, sólo podía nadar. Realmente no veía nada cuando llegué a los 150 metros, y luego busqué la “T” en el fondo para saber cuando girar, después conté las brazadas, sé cuántas necesito en 50 metros, pero estoy decepcionado, sé que puedo ir más rápido”.
“Es sólo trabajo y práctica”, dijo el nadador cuando fue preguntado por el poder de su patada en los turnos, el que seguramente necesitará en las tres competencias que le restan: 200 metros estilos, 100 metros mariposa y 4x100 metros combinado.
Preguntado sobre si se esperaba ser tan dominante en Beijing, advirtió que “esto no se termina aún, no soy imbatible, nadie es imbatible, todo el mundo puede ser vencido”.
De momento, sus cinco victorias siguen propulsándole hacia su objetivo de batir el récord de Mark Spitz, que consiguió siete medallas de oro en Munich-1972.
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