Deportes
McNabb espera que lo vitoreen en su regreso a Filadelfia
Ninguna de las victorias han sido en un Super Bowl
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS (02/OCT/2010).- Donovan McNabb seguramente será bien recibido por los aficio en Filadelfia antes del partido que sus Pieles Rojas de Washington disputarán el domingo contra las Águilas. Una vez en marcha el duelo, sin embargo, Michael Vick será el ídolo local y McNabb pasará a ser otro quarterback del equipo rival.
Su carisma, contagiosa sonrisa e inmenso talento (si bien impredecible) le valieron a McNabb muchos adeptos en Filadelfia, sobre todo en los momentos buenos de sus 11 temporadas con el equipo.
Su marca fue de 92 victorias, 49 derrotas y un empate en la temporada regular, y las Águilas ganaron nueve de sus 16 partidos de playoffs.
Lo negativo es que ninguna de esas victorias fueron en un Super Bowl, y cuatro de las derrotas se dieron en el partido por el campeonato de la Conferencia Nacional.
Transferido a un rival de división en abril, McNabb regresó con unos Pieles Rojas (1-2) que han perdido sus dos últimos partidos. Ha redondeado buenas actuaciones con Washington, pero sin acercarse al nivel que ha desplegado Vick, el líder en pases de la conferencia.
"Ojalá me vitoreen", dijo McNabb cuando la preguntaron qué esperaba el domingo. "No creo que quieran que salga a decir que me van abuchear. Los últimos 11 años han sido estupendos y eso es algo que no se olvida".
"Mucha gente apreció el trabajo que hice y me respetan como persona y jugador. Siento que en Filadelfia se me valoró bien".
McNabb nunca ha estado en el vestuario del equipo visitante en el estadio Lincoln Financial Field.
"Seguro que es pequeño, y probablemente sucio", dijo. "Pero eso es lo que se le hace a los equipos visitantes".
En cambio, Vick ha causado sensación en las primeras semanas de la temporada, pues le arrebató la titularidad a Kevin Kolb, quien se suponía iba a ser el heredero de McNabb, y tiene a las Águilas (2-1) en la cima de la división Este. Le debe mucho a McNabb.
Cuando Vick fue contratado por Filadelfia el año pasado, luego de que la NFL le habilitó tras purgar 18 meses de cárcel en una prisión federal por participar en peleas de perros, McNabb fue uno de sus principales defensores.
"Espero que sea una buena reacción", comentó Vick al aludir a la fama de agresivos que tienen los fanáticos de Filadelfia.
"Espero que sea una gran reacción, quizás una ovación de pie. Eso sería fantástico.
Donovan se sacrificó mucho por esta organización, los llevó a los playoffs muchísimas veces y a un SuperBowl. Cumplió con su parte".
Su carisma, contagiosa sonrisa e inmenso talento (si bien impredecible) le valieron a McNabb muchos adeptos en Filadelfia, sobre todo en los momentos buenos de sus 11 temporadas con el equipo.
Su marca fue de 92 victorias, 49 derrotas y un empate en la temporada regular, y las Águilas ganaron nueve de sus 16 partidos de playoffs.
Lo negativo es que ninguna de esas victorias fueron en un Super Bowl, y cuatro de las derrotas se dieron en el partido por el campeonato de la Conferencia Nacional.
Transferido a un rival de división en abril, McNabb regresó con unos Pieles Rojas (1-2) que han perdido sus dos últimos partidos. Ha redondeado buenas actuaciones con Washington, pero sin acercarse al nivel que ha desplegado Vick, el líder en pases de la conferencia.
"Ojalá me vitoreen", dijo McNabb cuando la preguntaron qué esperaba el domingo. "No creo que quieran que salga a decir que me van abuchear. Los últimos 11 años han sido estupendos y eso es algo que no se olvida".
"Mucha gente apreció el trabajo que hice y me respetan como persona y jugador. Siento que en Filadelfia se me valoró bien".
McNabb nunca ha estado en el vestuario del equipo visitante en el estadio Lincoln Financial Field.
"Seguro que es pequeño, y probablemente sucio", dijo. "Pero eso es lo que se le hace a los equipos visitantes".
En cambio, Vick ha causado sensación en las primeras semanas de la temporada, pues le arrebató la titularidad a Kevin Kolb, quien se suponía iba a ser el heredero de McNabb, y tiene a las Águilas (2-1) en la cima de la división Este. Le debe mucho a McNabb.
Cuando Vick fue contratado por Filadelfia el año pasado, luego de que la NFL le habilitó tras purgar 18 meses de cárcel en una prisión federal por participar en peleas de perros, McNabb fue uno de sus principales defensores.
"Espero que sea una buena reacción", comentó Vick al aludir a la fama de agresivos que tienen los fanáticos de Filadelfia.
"Espero que sea una gran reacción, quizás una ovación de pie. Eso sería fantástico.
Donovan se sacrificó mucho por esta organización, los llevó a los playoffs muchísimas veces y a un SuperBowl. Cumplió con su parte".
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