Deportes
Martes 3 de mayo, día 30
Los textos que se presentan a continuación son el diario de viaje elaborado por Pedro Fernández del Valle, “Perico”, quien ha enviado mensajes de correo electrónico a una lista de amigos y familiares y la cedió a El Informador. Salvo por algunas correcciones, se presentan prácticamente como fueron enviados
Martes 3 de mayo.- Ayer llegamos a Rangiroa, después de tres días y medio de travesía en el mar: se nos hizo muy corto el viaje. No pescamos nada en el trayecto y durante dos días no hubo viento, tuvimos que usar motor, pero al capitán “Patas” no le importó: ¡decía que ya estábamos muy cerca y que podíamos pisarle! Le urgía llegar.
Al llegar, de premio nos ha hospedado en un hotel; son unas cabañas muy bonitas: por fin nos pudimos bañar en una regadera que no se movía, no tenías que estar sentado para bañarte ni detenerte en las paredes del baño; lo mismo el WC: es amplio y no se mueve, qué maravilla. Cenamos y caímos dormidos como troncos, ¡qué satisfacción fue dormir ocho horas seguidas, sin tener que despertarte!
Tenemos que ir a la gendarmería a reportar nuestro ingreso a la isla; lo increíble es que la gendarmería ya nos había reportado a todos los hoteles: les dijeron que el velero con mexicanos estaba por llegar y que, si nos veían, que nos dijeran que pasáramos a reportarnos con ellos; tienen un control muy estricto.
El interior del atolón está supertranquilo: no hay olas, pensamos ir más tarde a una laguna azul, se supone que hay tiburones chicos y puedes bucear y esnorquelear. Ya les platicaré.
Saludos a todos.
“Perico”.
Al llegar, de premio nos ha hospedado en un hotel; son unas cabañas muy bonitas: por fin nos pudimos bañar en una regadera que no se movía, no tenías que estar sentado para bañarte ni detenerte en las paredes del baño; lo mismo el WC: es amplio y no se mueve, qué maravilla. Cenamos y caímos dormidos como troncos, ¡qué satisfacción fue dormir ocho horas seguidas, sin tener que despertarte!
Tenemos que ir a la gendarmería a reportar nuestro ingreso a la isla; lo increíble es que la gendarmería ya nos había reportado a todos los hoteles: les dijeron que el velero con mexicanos estaba por llegar y que, si nos veían, que nos dijeran que pasáramos a reportarnos con ellos; tienen un control muy estricto.
El interior del atolón está supertranquilo: no hay olas, pensamos ir más tarde a una laguna azul, se supone que hay tiburones chicos y puedes bucear y esnorquelear. Ya les platicaré.
Saludos a todos.
“Perico”.
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