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Marca personal
Hasta en la mejores familias
El choque de los dos colosos, Real Madrid y Barcelona, tiene en el escándalo su debate; en el rectángulo verde se han visto cosas portentosas, pero la caída del trofeo de la Copa del Rey y las declaraciones del entrenador merengue son el eje sobre el cual han girado las opiniones.
La mezcla de varios ingredientes como los intereses televisivos lograron con éxito involucrar a miles, de pronto hubo mas “catalanes” que chivas, o más “madridistas” que americanistas, cuyas discusiones eran más vehementes que las del Clásico tapatío; de pronto apareció la necesidad que lleva envolverse en la bandera de los ganadores cuando tu equipo o tu Selección no tienen la trascendencia del triunfador, hay que convertirse en fanáticos brasileños, italianos, alemanes, argentinos, ingleses o españoles como es el caso, había una ansiedad inusual por ver el capitulo en turno del Real-Barcelona.
Pero ¿Será reciproco? ¿Cuántas camisetas de Chivas, Atlas o América se venderán en los almacenes españoles? o ¿Cuántos españoles estarán impacientes esperando ver el Pumas-América?
La respuesta es obvia. Es indiscutible que el futbol que despliegan los equipos de élite mundial como estos, con jugadores virtuosos que le dan al balompié otra dimensión, es un manjar imperdible que no puede ser desperdiciado por el paladar del buen aficionado al futbol de cualquier latitud, porque es de una catadura única en el mundo y es para disfrutarse.
José Mourinho vino a darle el toque mundano, para quienes consideran que de aquel lado del Atlántico esta lo “non plus ultra”, y que de este lado del charco esta lo chafa. Las declaraciones de “Mou” emulando al “Piojo” Herrera o “Chelís”, repartiendo culpas, afirmando que al Barcelona como al América le ayudan los árbitros, se dijo asqueado por el trabajo del silbante con que poquito pinole le da hipo no conoce a “Chiquidracula”, Gasso y compañía.
La utilización del discurso repartidor de culpas para justificar la derrota, Cristiano Ronaldo cuestionando el planteamiento táctico que ocho días antes le dio el triunfo en la Copa del Rey, Pep Guardiola iracundo y engallado demostrando que tiene sangre en la venas, denunciándose unos y otros. La UEFA como la disciplinaria abrió una investigación, ambos haciendo añicos los buenos modales. Esto no fue en la Concachampions, ni en la Libertadores o en torneo local, fue en la Champions seguramente el torneo de clubes más importante, lo que reitera que el futbol es pasión y que la perfección que se cree existe en otros lugares también tiene sus asegunes y como dijo aquel “aun hay mas”.
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marcapersonal.informador@gmail.com
Twitter @mark_personal
La mezcla de varios ingredientes como los intereses televisivos lograron con éxito involucrar a miles, de pronto hubo mas “catalanes” que chivas, o más “madridistas” que americanistas, cuyas discusiones eran más vehementes que las del Clásico tapatío; de pronto apareció la necesidad que lleva envolverse en la bandera de los ganadores cuando tu equipo o tu Selección no tienen la trascendencia del triunfador, hay que convertirse en fanáticos brasileños, italianos, alemanes, argentinos, ingleses o españoles como es el caso, había una ansiedad inusual por ver el capitulo en turno del Real-Barcelona.
Pero ¿Será reciproco? ¿Cuántas camisetas de Chivas, Atlas o América se venderán en los almacenes españoles? o ¿Cuántos españoles estarán impacientes esperando ver el Pumas-América?
La respuesta es obvia. Es indiscutible que el futbol que despliegan los equipos de élite mundial como estos, con jugadores virtuosos que le dan al balompié otra dimensión, es un manjar imperdible que no puede ser desperdiciado por el paladar del buen aficionado al futbol de cualquier latitud, porque es de una catadura única en el mundo y es para disfrutarse.
José Mourinho vino a darle el toque mundano, para quienes consideran que de aquel lado del Atlántico esta lo “non plus ultra”, y que de este lado del charco esta lo chafa. Las declaraciones de “Mou” emulando al “Piojo” Herrera o “Chelís”, repartiendo culpas, afirmando que al Barcelona como al América le ayudan los árbitros, se dijo asqueado por el trabajo del silbante con que poquito pinole le da hipo no conoce a “Chiquidracula”, Gasso y compañía.
La utilización del discurso repartidor de culpas para justificar la derrota, Cristiano Ronaldo cuestionando el planteamiento táctico que ocho días antes le dio el triunfo en la Copa del Rey, Pep Guardiola iracundo y engallado demostrando que tiene sangre en la venas, denunciándose unos y otros. La UEFA como la disciplinaria abrió una investigación, ambos haciendo añicos los buenos modales. Esto no fue en la Concachampions, ni en la Libertadores o en torneo local, fue en la Champions seguramente el torneo de clubes más importante, lo que reitera que el futbol es pasión y que la perfección que se cree existe en otros lugares también tiene sus asegunes y como dijo aquel “aun hay mas”.
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