Lupita resucita a la marcha tricolor
Plata en sus primeros Juegos Olímpicos, María Guadalupe González es una atleta 'incombustible' que destacó ayer en Río
RÍO DE JANEIRO, BRASIL (20/AGO/2016).- Fracasó en sus intentos por ser velocista y emular a su compatriota Ana Guevara. Probó suerte también en el boxeo, pero su complexión menuda no favorecía una buena pegada.
Así que a regañadientes, Guadalupe González se dedicó a la marcha. Ayer se encargó de darle nueva vida a un deporte que parecía moribundo en México, y consiguió la segunda presea en Río 2016.
González logró la plata en la prueba de 20 kilómetros, tras enfrascarse en una dura batalla con las competidoras chinas. En los metros finales fue derrotada por Hong Liu, quien marcó un tiempo de 1:28:35 para quedarse con el oro por una diferencia de apenas dos segundos.
“Peleé 19 kilómetros y no me podía doblegar al final, habría sido una cobarde, pero ella se me fue en los últimos 50 metros, fueron dos segundos, no fue nada y me duele pero estoy consciente de que di todo”, dijo González, de 27 años.
Otra china, Xiunzhi Lu, se quedó con el bronce, al cronometrar 1:28:42.
El apretado cierre de la prueba trajo a la memoria de muchos aquella conclusión dramática de la marcha de 20 kilómetros para hombres en México 1968, cuando el sargento José Pedraza hizo tremendo berrinche tras no darle alcance al soviético Vladimir Golubnichy.
Aquella plata de Pedraza fue la primera presea para la marcha mexicana. La de ayer ha puesto fin a una larga ausencia de los andarines mexicanos en los podios olímpicos y rompió en llanto al cruzar la meta.
Nada mal para la chica delgadita de Tlalnepantla, quien no quería dedicarse a la caminata.
“Estoy aquí porque un día tuve un sueño, aunque el camino no era este el que yo elegí porque yo quería llegar en boxeo primero, luego intenté en carrera y me lesioné los meniscos”, dijo González. “Así que yo no elegí, la disciplina me eligió a mí y yo aproveché al máximo, todos los días he entrenado con la mentalidad de llegar aquí y de participar”.
Y González logró lo que quería, igualar a Guevara, la atleta mexicana que obtuvo la plata en los 400 metros en Atenas 2004.
“Yo veía los eventos de Olímpicos y sueñas llegar ahí. En el boxeo nunca daba el peso y me pasé a la carrera porque admiro a Ana Guevara y quería ser como ella pero no se dio. Con 24 años de edad ya pensaba ejercer mi profesión y retirarme, pero comencé mi rehabilitación (de las rodillas) y así fue naciendo el amor por la marcha”.
González estuvo marcando el paso de punta a punta a lado de las chinas y sólo aflojó al final, poco después de ser amonestada y cuando Lu aceleró a metros de cruzar la meta.
Se trata de la medalla 64 para México en la historia de los Juegos Olímpicos. Nueve de esas preseas las ha aportado la marcha, que sin embargo no había obtenido ninguna después de Sidney 2000.
Y jamás una marchista mexicana se había colgado una medalla.
Las lesiones han sido el gran enemigo a lo largo de la vida deportiva de González. Además de impedirle seguir en pruebas de velocidad, la han limitado para competir en marcha. El año pasado no pudo ir al Mundial de Beijing porque tenía un problema en la pierna; además presenta una lesión permanente en las lumbares.
“Mi lesión es crónica y no desaparece pero aprendes a vivir con dolor, a trabajar con dolor. Un amigo me dijo que el dolor es temporal, pero la satisfacción es para la toda vida y el resultado ahí está”, añadió González.
Tras ausentarse del Mundial, González tuvo la primera oportunidad de medir su talento junto al de las chinas en la Copa del Mundo realizada en Roma en mayo, donde Liu ganó el oro y la mexicana la plata.
“Ahí dije ‘¿por qué no intentar vencer a las chinas?’, ellas son fuertes, trabajan bien en equipo pero ellas tienen lo mismo que yo: dos piernas, dos brazos un corazón y probé que se podía”.
La delegación azteca constó de 125 deportistas, con los que se buscaba igualar o superar las siete preseas obtenidas en Londres 2012. Van sólo dos y con 48 horas de competencia, esa cifra será inalcanzable.
“A veces somos injustos al decir que los atletas no dan más o que se ha hecho mal papel. Todos nos preparamos no un día, sino cuatro años para dar lo mejor de nosotros y hay tiempo para que otros puedan conseguir un triunfo”.
Mientras eso pasa, los mexicanos festejan una medalla de plata de una atleta que soñaba con ganarla en otros deportes.
LA VOZ DEL EXPERTO
Resultado que no sorprende
Joel Sánchez (ex marchista y medallista de bronce en Sídney 2000)
Lupita se fajó en toda la carrera, lideró en toda la carrera y aunque en las transmisiones hayan estado promoviendo a las competidoras chinas sin apoyar a la Lupita, quien de todas maneras se mantuvo entre las líderes.
El trabajo que se perdió durante 16 años que fue la sequía de medallas dio a pensar de que no hubiera esperanza con las mujeres. Lupita aparece en la caminata antes de Londres 2012 y desde entonces ella mostraba una gran actitud; ella había entendido una misión y la logró en Juegos Centroamericanos y en otras competencias internacionales.
Con sus resultados en Juegos Panamericanos y Campeonato del Mundo se vio el temple que mostró Lupita en estos Juegos Olímpicos; lamentablemente, nunca se mencionó a Lupita como esperanza de medalla y sólo los que nos involucramos en el medio de la marcha sabíamos de sus posibilidades de ganar medalla, estábamos seguros de ello, pero no sabíamos de qué color.
El futuro de la caminata tras este resultado dependerá de las autoridades, es un deporte que necesita de mucho apoyo y si las autoridades no se ponen de acuerdo para que se tenga un pequeño incentivo y darle continuidad a un trabajo extenuante todos los días, quizá esperemos otros 16 años. Se necesita un trabajo en conjunto, entre atletas y Conade y el Comité Olímpico. Afortunadamente salió el resultado esperado con Lupita y también vienen muchos jóvenes empujando fuerte en esta disciplina.
LA FRASE
“Sufro una lesión lumbar crónica que puedo tolerar, pero es para siempre; sé que el dolor es temporal y la satisfacción durará toda la vida”.
Lupita González, atleta mexicana.