Deportes
Los Potros con lazos en Nueva Orleans
Los jugadores de Indianápolis reconocen el cariño por el equipo rival en el Super Bowl
INDIANÁPOLIS, INDIANA.- Reggie Wayne recuerda su niñez, cuando era un seguidor de los Santos.
La gente se cubría el rostro con bolsas de papel, en señal de vergüenza, al acudir al estadio, y quienes no iban escuchaban las transmisiones de radio, porque se prohibía transmitir los partidos a fin de fomentar la asistencia de los espectadores al inmueble.
Wayne se sentaba entre la multitud, alentando a Bobby Hebert, Hohn Fourcade y Eric Martin, nombres recordados sólo por los aficionados más fieles de los Santos.
Aquellos días se han ido hace tiempo.
La semana próxima, Wayne, originario de Nueva Orleans, hará su máximo esfuerzo por evitar que los Santos ganen su primer Super Bowl.
"Tuve épocas muy divertidas de niño, como seguidor de los Saints", relató Wayne el miércoles. "Crecí como un gran fanático de los Santos y todo era negro y dorado".
Luego, fueron los Colts quienes lo contrataron para vestirlo de azul y blanco. Wayne no es el único jugador de los Potros que tiene cariño por los Santos o por Nueva Orleans.
Peyton Manning, cuatro veces nombrado el Jugador Más Valioso de la NFL, era una celebridad en Nueva Orleans cuando él y sus hermanos jugaban en la escuela Isidore Newman. Su padre, Archie, fue el rostro de la franquicia de los Santos en la década de 1970 y principios de los 80, cuando las bolsas de papel eran el objeto más socorrido por los aficionados.
Las temporadas de gloria no parecían a la vista en Nueva Orleans.
Manning recuerda apenas esos días, pero sabe que contrastan con lo que ocurre ahora, luego de que Nueva Orleans venció a Minnesota en la final de la Conferencia Nacional.
"Disfrutaba ver Bourbon Street tan vacía en el tercer cuarto y luego verla llena después del partido", dijo.
Sus vínculos con Luisiana se fortalecieron aún más después de agosto del 2005, cuando la zona fue arrasada por el huracán Katrina.
Manning y su hermano menor, Eli, enviaron un avión con víveres a la ciudad. Wayne recuerda todavía los problemas que tuvo para ponerse en contacto con sus familiares.
El corredor Joseph Addai, quien ganó un campeonato nacional con la Universidad Estatal de Luisiana, asistía todavía a la escuela cuando llegó el huracán. Addai, originario de Houston, nunca olvidará aquello.
"Tuvimos que cancelar nuestro primer partido y usar la Universidad para dar albergue a algunos de nuestros amigos de Nueva Orleans", dijo Addai el miércoles, todavía con una camisa del equipo de basquetbol.
Manning cree que llegar al Super Bowl es un merecido homenaje para la ciudad.
"Mi papá fue parte de la organización de los Santos durante 39 años. Definitivamente tenemos vínculos estrechos y los jugadores han hecho cosas maravillosas por la comunidad", dijo.
La gente se cubría el rostro con bolsas de papel, en señal de vergüenza, al acudir al estadio, y quienes no iban escuchaban las transmisiones de radio, porque se prohibía transmitir los partidos a fin de fomentar la asistencia de los espectadores al inmueble.
Wayne se sentaba entre la multitud, alentando a Bobby Hebert, Hohn Fourcade y Eric Martin, nombres recordados sólo por los aficionados más fieles de los Santos.
Aquellos días se han ido hace tiempo.
La semana próxima, Wayne, originario de Nueva Orleans, hará su máximo esfuerzo por evitar que los Santos ganen su primer Super Bowl.
"Tuve épocas muy divertidas de niño, como seguidor de los Saints", relató Wayne el miércoles. "Crecí como un gran fanático de los Santos y todo era negro y dorado".
Luego, fueron los Colts quienes lo contrataron para vestirlo de azul y blanco. Wayne no es el único jugador de los Potros que tiene cariño por los Santos o por Nueva Orleans.
Peyton Manning, cuatro veces nombrado el Jugador Más Valioso de la NFL, era una celebridad en Nueva Orleans cuando él y sus hermanos jugaban en la escuela Isidore Newman. Su padre, Archie, fue el rostro de la franquicia de los Santos en la década de 1970 y principios de los 80, cuando las bolsas de papel eran el objeto más socorrido por los aficionados.
Las temporadas de gloria no parecían a la vista en Nueva Orleans.
Manning recuerda apenas esos días, pero sabe que contrastan con lo que ocurre ahora, luego de que Nueva Orleans venció a Minnesota en la final de la Conferencia Nacional.
"Disfrutaba ver Bourbon Street tan vacía en el tercer cuarto y luego verla llena después del partido", dijo.
Sus vínculos con Luisiana se fortalecieron aún más después de agosto del 2005, cuando la zona fue arrasada por el huracán Katrina.
Manning y su hermano menor, Eli, enviaron un avión con víveres a la ciudad. Wayne recuerda todavía los problemas que tuvo para ponerse en contacto con sus familiares.
El corredor Joseph Addai, quien ganó un campeonato nacional con la Universidad Estatal de Luisiana, asistía todavía a la escuela cuando llegó el huracán. Addai, originario de Houston, nunca olvidará aquello.
"Tuvimos que cancelar nuestro primer partido y usar la Universidad para dar albergue a algunos de nuestros amigos de Nueva Orleans", dijo Addai el miércoles, todavía con una camisa del equipo de basquetbol.
Manning cree que llegar al Super Bowl es un merecido homenaje para la ciudad.
"Mi papá fue parte de la organización de los Santos durante 39 años. Definitivamente tenemos vínculos estrechos y los jugadores han hecho cosas maravillosas por la comunidad", dijo.
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