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Lorenzo evita la ducha en el Gran Premio de Japón por temor a radiación

El motociclista utiliza agua embotellada para su aseo personal

MOTEGI, JAPÓN (01/OCT /2011) .- El vigente campeón del Mundial de MotoGP, el español Jorge Lorenzo, dijo este sábado que utilizaba agua embotellada para lavarse en Japón, antes del gran premio que tendrá lugar el domingo en ese país, y donde otros pilotos mostraron temor por el peligro a radiaciones.

Lorenzo admitió esta forma de preservar su higiene después de que varias figuras importantes del campeonato manifestaran seguir preocupados por la proximidad del circuito de Motegi, donde se correrá el Gran Premio de Japón, con una planta nuclear que sufrió daños tras el sismo del pasado mes de marzo.

Motegi se encuentra a unos 130 kilómetros de una central nuclear que se vio afectada por el sismo y posterior tsunami que azotó el país el pasado mes de marzo, tras lo que hubo una fuga de radicación.

"Me ducho con botellas", dijo Lorenzo en una conferencia de prensa, levantando un brazo sobre su cabeza y mostrando cómo hacía para lavarse.

Muchos equipos trajeron su propia agua y comida a Japón, habida cuenta de la percepción según la cual aún puede haber contaminación por radiación tras el incidente ocurrido en la central nuclear de Fukushima Daiichi. Ese fue el peor desastre nuclear desde el ocurrido en Chernóbil (Ucrania) en 1986.

Los pilotos dijeron que los expertos les habían garantizado que acudir a Japón no entrañaba riesgos, pero muchos de ellos están tomando precauciones una vez llegados al país.

Así, la estrella española Dani Pedrosa afirmó que estaba considerando dejar toda su ropa en Japón tras la cita del país nipón, mientras que el líder del Mundial, el australiano Casey Stoner voló procedente de Australia en el último momento para reducir al máximo su estancia en Japón.

En el desastre de la central de Fukushima Daiichi se expulsaron sustancias radiactivas al entorno, circunstancia que obligó a la evacuación de varias decenas de miles de personas. Además, se generó miedo entre la población a la hora de consumir productos agrícolas de la región afectada.

El Gobierno japonés trató de calmar el miedo entre los extranjeros presentes en el país, apuntando que Japón era un lugar seguro en el que vivir.
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