Deportes
La revolución del 'Piojo'
Una confianza a prueba de las equivocaciones y provocaciones ajenas, dos rasgos del Tri de Herrera
Este equipo, al que se le pueden señalar uno o dos pecados futbolísticos, no se le puede reprochar nada a nivel mental. Ni de cohesión como equipo. Superada la barrera de la fase de grupos, este equipo que fue ampliamente cuestionado, puede decir que han superado las expectativas que se tenían de ellos para este Mundial, y ahora tienen todo que ganar y nada que perder.
México no varió su planteamiento, y eso fue toda una declaración de principios. El 5-3-2 del “Piojo” Herrera fue la mejor respuesta al reto de Kovac. El entrenador croata movió su mediocampo para dar mayor libertad a su mejor orfebre, mientras que ponía en su jugador más analítico, al “Mariscal” Rakitic, como eje del equipo. El “7” croata se movía entre líneas, enlazando a la defensa con Modric y repartiendo el juego hacia las bandas, donde Olic y Perisic volvieron a fungir como pistones, pero sin la misma claridad.
Colocar a Modric detrás del goleador Mario Mandzukic, tenía como intención romper la defensiva mexicana, justo por el centro, dándole trabajo al líbero mexicano: Rafael Márquez.
Esta apuesta de Kovac casi le reditúa, cuando en un contragolpe el capitán mexicano tuvo que recurrir a la falta para detener a Mandzukic, y el árbitro le perdonó la expulsión al defensa michoacano.
El mayor pecado del Tri fue exponer el balón para salir con la pelota controlada. En este encuentro recurrieron más a los pases largos, tratando de saltarse líneas para llegar más pronto a zona de definición.
El vendaval croata no encontró fórmulas efectivas. Modric se vio superado por la marca de José Juan Vázquez, quien se vio apoyado en la labor por Héctor Herrera y Andrés Guardado, y sin duda será una ausencia difícil de asimilar.
El “Gallito” no sólo ha sido el jugador más consistente del Tri, es también el que vertebra el tránsito del balón en el mediocampo, y la tarjeta amarilla que recibió lo dejará fuera del partido de octavos de final. Miguel Herrera no llevó a Brasil a otro medio de contención, y el único podría cumplir con esa labor es Carlos Salcido, quien no ha vivido sus mejores momentos en dicha posición antes.
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