Deportes
La misión, esgrimistas inteligentes y con valores
Enrique Adelfo Hernández trabaja con 70 atletas y desde hace 25 años dedica su vida a la esgrima
El tránsito de las albercas a las espadas rindió frutos, aunque Enrique no los hubiera esperado. Regresó titulado de Francia, con ganas de volver a Jalisco y de dedicarse a la preparación de más deportistas. Lo demás es historia: desde hace 20 años, es el entrenador de esgrima del Estado y de sus aspirantes a los XVI Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, así como de algunos seleccionados nacionales.
Su entrada al Consejo Estatal para el Fomento Deportivo y Apoyo a la Juventud (Code) fue en 1991, de acuerdo con un programa organizado por la Comisión Nacional del Deporte (Conade) llamado Talento deportivo.
En sus años como entrenador, Hernández ha tenido a su cargo a varios atletas, entre los que destaca la tapatía Nataly Michel, con la que lleva entrenando más de diez años; en estos meses la especialista en florete, quien ya tiene boleto rumbo los Juegos Panamericanos 2011, se encuentra en una gira de preparación en Europa y Asia.
Nataly Michel es la esgrimista con mejores resultados del país: tiene alrededor de 40 títulos, en 2010 se posicionó dentro del ranking mundial en el lugar número siete y es una fuerte aspirante a medalla en la categoría individual y por equipos para la Fiesta de América.
La ética del deportista
Años después de la natación, el esgrima se ha convertido en la vida de Enrique. El profesor menciona que su pasión por el deporte de espadas es una de las mejores cosas que le ha sucedido. Mejorar los resultados a escalas estatal, nacional e internacional es la meta a largo plazo que defiende con cada uno de sus esgrimistas.
De hecho, asegura, su objetivo más ambicioso en estos momentos es acompañar a sus alumnos a Juegos Olímpicos y ver que ellos se adjudiquen las medallas.
Como entrenador, asegura, una de sus reglas fundamentales es cumplir con un código de valores que ayude a formar bien a sus atletas: “No sólo es entrenar esgrimistas con nivel, sino formar ciudadanos responsables que, al finalizar la práctica deportiva, se puedan incorporar a la vida social, que sean productivos para la ciudad, el estado o el país”.
El esgrima es un deporte donde la preparación física es predominante, ya que hay que ser rápido, fuerte y muy inteligente. Y el entrenador hace énfasis en esta última cualidad: un espadachín que no sea inteligente no obtendrá buenos resultados, dado que esta disciplina es muy agresiva.
A pesar de ser un deporte en donde se utilizan armas, no es una disciplina peligrosa, ya que los materiales de los trajes de esgrima están hechos con la misma tecnología que los chalecos antibalas.
Lo más difícil de entrenar, comenta, es trabajar con el factor económico en contra y sin un buen equipamiento:
“Eso es lo más frustrante: a veces hay mucho talento pero no se concreta la participación del atleta porque no tuvo el dinero o apoyo para ir a una competencia o selectivo, y ahí se pierde todo un año de trabajo. Pienso que eso es lo más frustrante, de lo que adolecemos muchos entrenadores”.
La práctica
El esgrima se practica en una pista o espacio que mide 1.50 metros de ancho por 14 metros de largo, y en ese terreno se compite en individual o por equipos, en cualquier combate con los tres tipos de armas: espada, florete y sable.
La clave del esgrima consiste no sólo en la habilidad, sino, sobre todo, en la precisión: el buen esgrimista debe desarrollar una particular técnica para dar golpes o “toques” que los jueces aprueben y el equipo electrónico marque correctamente.
Las zonas válidas para la puntuación en un combate de esgrima varían dependiendo del arma.
Espada. Se golpea exclusivamente con la punta en todo el cuerpo.
Florete. La zona válida de golpe es el tronco y, al igual que con la espada, se toca con la punta.
Sable. A diferencia de las otras dos armas, es válido tocar de filo y de contrafilo (de lado), pero también de punta, en cualquier parte del tronco hasta la cabeza, pasando por la careta.
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