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La excepción a la regla
Reverdecen laureles
La primera ronda en Augusta National arrojó varias sorpresas. Chequen nada más el tablero de líderes. Primera evidencia: Fred Couples. Con un 66, 6 bajo par, el campeón de este torneo en 1992 se adueñó del sitio de honor, apenas con un golpe de ventaja sobre el grupo perseguidor.
“Freddy” Couples es un tipo de los llamados “sangre liviana”, que goza de un inmenso respeto entre sus compañeros del PGA Tour. Y a sus 50 años, todavía tiene mucha cuerda -por ejemplo, ahí están sus tres victorias este año en el Champions Tour-.
“Ahorita voy como líder, pero hay muchos scores cercanos”, dijo Couples, “aunque siendo honestos, sería un sueño poder ganar el Masters a los 50 años”.
Sueño, sí. ¿Guajiro? Todavía falta mucho camino por recorrer.
Y si de otra sorpresa se trata... ¡Tom Watson va en segundo sitio! Sí señor, el mismo que viste y calza, dando guerra a sus 60 años.
El dos veces campeón en Augusta National inicia la travesía -que sí luce un poquito más complicada- por un tercer blazer verde. Tiró 67 (-5) y comparte el segundo lugar, con otros cuatro jugadores.
Hace apenas nueve meses, Watson ilusionó al mundo del golf, cuando se quedó a un tris de ganar por sexta ocasión el British Open. Pero en la ronda final, se desinfló, y cayó en el playoff ante Stewart Cink.
“Pensar que alguien de nuestra edad, 50 años o más, pueda ganar un ‘Major’ es algo que es muy difícil, pero puede ocurrir”, comentó Watson, “en mi caso, quizá prefiero algunos campos links, que puedo manejar mejor que Augusta National”.
Llámenlo necedad. Pero a un torneo como el Masters no le caería mal una historia como la de un veterano ganando en el 2010. ¿Por qué no Couples? Sería el campeón de más edad en la historia del torneo, superando la marca actual -46 años-, en poder del mítico “Oso Dorado” Jack Nicklaus, que lo hizo en 1986.
Y respecto al que andaba ausente.- Tiger Woods mostró que no andaba precisamente oxidado, luego de casi cinco meses sin jugar.
Woods tiró 68 (-4) y está a dos impactos del liderato. Su regreso al golf competitivo fue benigno, en cuanto a la recepción por parte de los aficionados, que tardaron aproximadamente dos segundos en perdonarlo y darle su apoyo.
“Fue increíble todo el día, nunca había escuchado que la gente apoyara así en todos los años que he venido”, afirmó.
Cuidado. Porque pese a que por ratos se mostró fuera de ritmo, si Tiger se enciende, les va a provocar un dolor de cabeza inmenso a los demás.
Correo electrónico: luis.hernandez @informador.com.mx
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