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La excepción a la regla

El camino hacia la LPGA

Hace casi ocho años, cuando Lorena Ochoa decidió ingresar a las filas profesionales, uno de los primeros pasos que dio fue formar parte del Futures Tour, denominada la gira de ascenso hacia la LPGA.

Ochoa tardó poco en alcanzar su objetivo: jugó 10 torneos, ganó tres, fue líder en ganancias y obtuvo su tarjeta. Hoy, la tapatía es la número uno del mundo. Y la gira (denominada hoy Duramed Futures Tour, por cuestiones comerciales), sigue en pie desarrollando nuevos talentos, y atreviéndose a salir de Estados Unidos, para incursionar en territorio mexicano.

A partir de hoy, en el campo “El Tigre”, ubicado en Nuevo Vallarta, se disputará la ronda inicial del Riviera Nayarit Challenge. Primer evento oficial de la gira fuera de los campos estadounidenses.

Esto es, en gran parte, una consecuencia del “efecto Lorena Ochoa”.

El paso memorable de la jugadora del Country Club por el Futures, además del impacto que generó en un grupo de jugadoras mexicanas -más o menos de su misma edad-, que buscan un sitio en la LPGA, trajo como consecuencia un torneo oficial del circuito de ascenso, en el campo nayarita.

“México es una gran plataforma para extender nuestro alcance, y los aficionados mexicanos tendrán la oportunidad de ver a las futuras estrellas de la LPGA, además de algunas de sus  mejores golfistas profesionales”, comentó Zayra Calderón, máxima autoridad del Duramed Futures Tour, cuando se anunció el evento.

Si el Futures Tour se ha mantenido, es por el trabajo incansable de Calderón, nacida en Costa Rica, pero avecindada en Estados Unidos desde hace muchos años, y que siempre mostró “colmillo” para los negocios (que la LPGA lo agradezca, ya que si no se hundió como el Titanic tras la campaña 2009, fue en gran parte por las negociaciones de la costarricense con los patrocinadores).

Esto se tradujo en una buena cantidad de torneos para la gira de ascenso, sin el glamour y las bolsas atractivas que ofrece la LPGA, pero con la certeza de que la recompensa al final del año, para las golfistas más consistentes, es un sitio en la gira “mayor”.

El camino, sin embargo, no es fácil. La competencia es mucha, y los lugares son pocos. Entre seis y ocho jugadoras mexicanas, un grupo donde destacan Sophia Sheridan y Tanya Dergal, optarán por un calendario completo en el Futures Tour, aspirando a una tarjeta para la LPGA en 2011. O al menos, meterse a la etapa final del “Q-School”, en diciembre.

“Es una buena oportunidad para que la gente en México conozca la gira”, afirmó Sophia Sheridan, “así, pueden darse una idea de que no es fácil conseguir una de esas tarjetas”.

Correcto, no es fácil. Pero hay talento. Y no se extrañe que, tarde o temprano, el “efecto Lorena” se vea reflejado, con más mexicanas en la máxima gira femenil.

Correo electrónico: luis.hernandez@informador.com.mx
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