Deportes
Jueves de contrataciones bomba
Miami se beneficia con la adquisición del corredor estrella Reggie Bush, mientras que Patriotas consigue a Ochocinco y Albert Haynesworth
Los clubes de la NFL hicieron el jueves una transacción por minuto, y ese trío de jugadores famosos fue sólo el comienzo de las operaciones realizadas. El tercer día de transacciones, cuyo plazo para completarse ha quedado reducido debido al paro patronal, incluyó más acuerdos contractuales y muchas bajas, luego que los equipos pudieron finalmente comenzar a anunciarlas por la tarde.
Entre los jugadores dados de baja figuraron Vince Young, de los Titanes; Nate Clemens, de los 49ers, y Jake Delhomme, de los Cafés.
En el primer ejemplo claro de la forma en que el nuevo sistema salarial de los novatos afectará a los jugadores de elite, Von Miller, la segunda selección general del pasado Draft universitario, recibió unos 21 millones de dólares por un contrato de cuatro años con los Broncos de Denver.
REGGIE BUSH, Corredor
De Nueva Orleáns a Miami
KEVIN KOLB, Quarterback
De Filadelfia a Arizona
ALBERT HAYNESWORTH, Tackle Defensivo
De Washington a Nueva Inglaterra
CHAD OCHOCINCO, Receptor
De Cincinnati a Nueva Inglaterra
PERFIL
Reggie, el socialité y el benefactor
Reggie Bush es de esos típicos atletas que lucen dentro de los emparrillados a la hora de correr, de eludir tacleadas, de mostrar su velocidad, de intentar meterse en situaciones de primera y goal a la zona de anotación con brincos y acrobacias espectaculares. Pero también le gusta lucir y que se mencione su nombre fuera del campo.
No cabe duda que Bush es un jugador polifacético, sus 2,090 yardas por tierra y 2,142 por aire, evidencian que un coordinador ofensivo tiene un arma letal en su persona, ya sea para usarlo como corredor en distintas situaciones de ataque, o como receptor. A fin de cuentas, su velocidad es la que mata defensas.
Sus múltiples funciones en su trabajo, las lleva a su vida personal, y gran parte de su tiempo libre lo emplea en aparecer desde alfombras rojas, reality shows, festivales de moda, pasarelas, eventos sociales donde cambia las hombreras, los jerseys y los cascos por el muy mencionado por los estadounidenses, el “tuxedo”.
En los buscadores de información en la web su nombre es constantemente tecleado para encontrar información de sus relaciones amorosas, como la célebre que vivió con la modelo y socialité Kim Kardashian. Su rompimiento con Kardashian fue como sangre para los tiburones, pues fue un boom para los reporteros de espectáculos.
Sin embargo, así como decide dedicarle horas a la farándula, Reginald Alfred Bush (nacido el 2 de marzo de 1985 en Spring Valley, California) también tiene como prioridad estrechar vínculos con la sociedad. Su sentido de ayuda a los que menos tienen o a los que viven situaciones extremas en la vida, como los afectados del Huracán Katrina, que devastó la ciudad de Nueva Orleáns en 2005, es palpable.
Tal vez ese instinto de solidaridad viene de la difícil infancia y juventud que pasó. No vivía en la pobreza extrema, gracias a que su madre, Denise, quien tenía la particularidad de ser la sheriff del condado donde vivían, trabajó de sol a sol para sacar adelante a su hijo único, sin padre biológico, el que inconscientemente a los 20 años decidió abandonarlos, cuando Reggie era un recién nacido.
Sin embargo, Bush no careció de figura paterna. LaMar Griffin se casó con su madre, poco después de la separación con el padre de su hijo. LaMar, un guardia de seguridad en una preparatoria, eventualmente se convirtió en pastor de su iglesia y siempre se preocupó por ser una guía para el atleta, por lo que también le inculcó valores religiosos y lo llevó por el camino espiritual.
Reggie atribuye que la férrea autoridad de sus tutores en sus respectivos trabajos, permearon en él un carácter fuerte y decisivo para ser un jugador de futbol americano, y eso se nota pues a pesar de ser una estrella de la NFL, siempre ha sido un guardián de la humildad y la cordura. Sobra decir que es un auténtico líder en el vestidor de su equipo.
Los Santos de Nueva Orleáns venían de una temporada 2005 miserable al registrar un récord de 3-13, pues tras el huracán, el equipo jugó como local en canchas de universidades variadas, luego de que el domo de su estadio, el Superdome, se voló por los estragos del huracán. En realidad, esa temporada nunca jugaron como locales.
Sin embargo, llegó el “Santo Reggie”, como le empezaron a decir en la ciudad, para la temporada 2006. Como novato se comprometió con el equipo, los fanáticos y con la comunidad más afectada de Estados Unidos en los últimos años.
Su rendimiento y accionar en Nueva Orleáns, tanto en la cancha como en la comunidad, en ese año, fue determinante para revitalizar una ciudad reconocida por ser de fiesta, carnavales, de mucha música, alegría y mucha luz. En la cancha fue espectacular, y afuera, donó y recolectó dinero para los más convalecientes de Katrina, visitó escuelas e hizo conciencia en todo Estados Unidos sobre la grave situación que vivía Nueva Orleáns.
Tal vez Reggie Bush ya esté con los Delfines de Miami, pero los aficionados de los Santos de Nueva Orleáns, no tienen nada que reprocharle. Por el contrario, el hecho de haber sido un gran factor para que la ciudad de Nueva Orleáns recobrara el rostro y el espíritu que siempre ha mostrado al mundo, y el haber contribuido de gran manera a que su equipo ganara el primer Super Bowl en su historia (en 2010), sembró una nueva esperanza de vida a toda una ciudad, fueran fanáticos o no del equipo o del futbol americano. Por eso, Reggie Bush siempre será un Santo para Nueva Orleáns.
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