Deportes
José Tomás por nombre, Arturo Saldívar por mérito
El diestro español celebra un regreso triunfal tras sufrir una grave cornada, pero el de Aguascalientes se lleva la tarde
Tomás no pudo abrir la Puerta Grande la plaza de toros de Valencia, pero llevó la emoción a los tendidos en su segundo toro. Nada más empezar la faena de muleta, el astado, de nombre “Dulcero” y 556 kilos de peso, arrolló al maestro español, que dio una voltereta en el aire antes de golpearse con violencia contra el albero.
Durante unos minutos, Tomás quedó conmocionado, pero logró recuperarse sin pisar la enfermería y finalizó la faena para delirio del público que abarrotaba el coso, con capacidad para 11 mil personas.
Los aficionados abroncaron al presidente del festejo por no haberle concedido la segunda oreja, que le hubiera permitido salir por la Puerta Grande en su reaparición.
Natural del pueblo madrileño de Galapagar, Tomás, 35 años, es para los devotos de la tauromaquía el salvador de una fiesta que vive horas bajas en España. Un torero de valentía temeraria. Una leyenda viva rodeada de misterio.
Tomás fue corneado en el muslo izquierdo el 24 de abril de 2010 en Aguascalientes, México, y estuvo a punto de perder la vida. En España tuvo que ser sometido a una segunda operación para liberarle unos nervios que le impedían mover la pierna con normalidad.
El regreso de Tomás es el acontecimiento taurino de la temporada. Las entradas estaban agotadas desde hace meses y la reventa se pagó por encima de los dos mil dólares.
Saldívar, por la Puerta Grande
El joven mexicano Arturo Saldívar, que junto a Víctor Puerto completaba la terna de la tarde, sí abrió la Puerta Grande la plaza, tras cortar sendas orejas a sus dos toros.
La tarde no terminó en José Tomás, ni mucho menos, la “insolencia” del mexicano Saldívar gustó y mucho, y sirvió de broche excepcional a una tarde histórica.
El de Aguascalientes fue un verdadero derroche de entusiasmo y ambición, y exhibió un magnífico repertorio de capa.
A punto estuvo también de llevarse un buen susto precisamente por no atemperar sus formas. En un desplante levantó los brazos y el toro se le arrancó por la espalda, sin consecuencias.
Saldívar toreó con excelencia al tercero por ambos pitones, quizá el mejor ejemplar de la tarde, y con especial profundidad al natural.
Con el sexto se tuvo que esmerar mucho más, puesto que el enemigo le exigió al máximo. Dejó la muleta en la cara del toro y enlazó una tanda de magníficos derechazos, un tanto acelerados, pero de excelente templanza. Aguantó varias coladas y las postreras manoletinas fueron coreadas con “ays” en lugar de “olés”.
Ficha del festejo
Toros de El Pilar, serios, muy parejos por delante, distintos remates; bueno pero a menos hasta pararse el 1; violento el 2; bueno de verdad el 3; manso y poderoso el 5; notable el 6.
Víctor Puerto, de azul pavo y oro. Bajonazo. Aviso (saludos). En el cuarto, estocada rinconera (silencio).
José Tomás, de malva y oro. Media estocada tendida. Aviso (saludos). En el quinto, estocada (oreja, petición y dos vueltas al ruedo).
Arturo Saldívar, de nazareno y oro. Pinchazo y estocada (oreja). En el sexto, estocada (oreja). Salió a hombros.
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