Deportes
Joe Montana convive con aficionados en Chihuahua
Cerca de tres mil jóvenes tuvieron la oportunidadde escuchar a una de las leyendas vivientes de la NFL
Ex mariscal de campo de los 49ers de San Francisco y de los jefes de Kansas City, Montana es un líder nato cuya habilidad para soltar el ovoide le significó ganar cuatro anillos de Super Bowl con los 49ers de San Francisco, tres de ellos como el Jugador Más Valioso.
Contrario a lo que pudiera suponerse, en el rostro de este veterano atleta no priva síntoma alguno de arrogancia pues, como todo un caballero de la vieja guardia, se da tiempo para atender a quienes más lo admiran, sus fanáticos.
Joe confiesa estar sorprendido ante el poder de convocatoria que su nombre provoca en lo que para él significaba una nación más identificada con el soccer que con lo que el denomina football.
Incansable como en sus primeros días, cuando fue reclutado para jugar en la NFL, ahora el inmortal “16” de los 49ers está enfocado en impartir charlas a los muchachos que se identifican con el deporte de las tacleadas y por lo tanto México forma parte de su misión: explicarle al talento en potencia la dedicación que implica un deporte como el futbol americano.
Curiosamente, su itinerario coincide con el partido en que su ex equipo se juega su pase al Super Bowl.
Joe se toma el tiempo suficiente para ver a la institución que tanto le dio y a la que tanto se entregó, pero esta vez le resulta sorprendente ver a unos 49ers totalmente desconocidos en el primer cuarto del partido de Campeonato de la Conferencia Nacional.
En contraparte atestigua a un Matt Ryan que parece inspirado conectando con todos sus receptores y principalmente con Julio Jones. Sin embargo, Montana nunca pierde la fe en su equipo. Aunque Atlanta logró ponerse muy rápido y cómodamente al frente en el marcador 17-0, conforme avanzaron los minutos en el reloj San Francisco remontó y guiado por Colin Kaepernick y Frank Gore se alzó con una victoria de esas que surgen muy de vez en cuando y de las cuales él era el artífice de los regreso, pero con Jerry Rice, John Taylor y Roger Craig como compañeros, una de esas remontadas de las cuales a pesar de ya no ser un jugador o estar ligado como entrenador o analista, logra sacarle una sonrisa y emoción al que es considerado como el mejor quarterback de todos los tiempos.
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