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“Ganar no es lo más importante: es lo único” Vince Lombardi

Durante 90 minutos, o los tiempos extra, o en el azar de los penalties, un grupo de jugadores terminará hoy convencido de que dejó escapar la oportunidad histórica de inscribir su nombre en la lista de campeones

MÉXICO.-  Toluca y Cruz Azul disputarán el último partido de este torneo y uno se llevará la copa, el prestigio, el reconocimiento y un trozo de gloria en la interminable lista de campeones.

Toluca tiene la ventaja, sí, claro, que parece insalvable, pero el futbol ha enseñado durante siglos (un país entero, Brasil, no ha terminado de olvidar el Maracanazo, 58 años después). Cruz Azul no ha mostrado nivel suficiente como para pensar que puede revertir el marcador en una final que en el primer encuentro lució desigual.
Toluca en cambio, con una columna vertebral en la que Hernán Cristante, Paulo da Silva, Antonio Naelson “Sinha” y Héctor Mancilla han sabido darle en cada sector del campo poderío, parece perfilado hacia su novena corona.

Cruz Azul, en cambio, se está convirtiendo en el “Campeonísimo” de los subcampeones, con ocho en caso de que no salga bien librado de esta final. Y de estas ocho derrotas en la final, siete han sido bajo el mandato del actual presidente Guillermo “Billy” Álvarez, cuyo padre, en menos de los 21 años que lleva el hijo, alcanzó cinco veces la gloria de ser campeón.

Otros dos títulos se lograron a finales delos ochenta, cuando Joel Luis Becerril presidía a la Cooperativa La Cruz Azul, S.C.
Cruz Azul con “Billy” apenas pudo ganar una de las ocho finales que ha disputado en el Invierno 1997, contra León. Ya son poco más de once años sin campeonato, dejando una afición dolida, molesta, irritable, al borde de una sublevación porque se hartó de ser el primer lugar de los perdedores.

Del segundo lugar, se dice con gran puntería, pocos se acuerdan. Es el caso de Cruz Azul de los últimos 21 años. Mientras que Toluca disputará su octava final en los últimos 10 años, ganando cinco, quizá seis, a cambio de dos derrotas.
En ese escenario, bien valdría la pena recordar una escena que pocos ven: la salida del subcampeón hacia el vestidor, en medio de la nada, después de la muerte simbólica de haber perdido la gloria...
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