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Gales e Inglaterra se enfrentan en histórico partido

Ambas selecciones se encontrarán en un partido que revela la rivalidad entre ellas

CHANTILLY, FRANCIA (14/JUN/2016).- El intercambio de opiniones entre la estrella de Gales Gareth Bale y el seleccionador inglés Roy Hodgson es el último capítulo de una rivalidad futbolística de 137 años, antes de que el jueves ambos equipos se crucen en Lens, en el duelo británico de la Eurocopa 2016.

"Inglaterra se engrandece a sí misma antes de haber conseguido algo", dijo Bale después de que su equipo ganara 2-1 a Eslovaquia en el arranque de la competición.

"Irrespetuoso", respondió Hodgson al delantero del Real Madrid. Más tarde el centrocampista Jack Wilshere reconoció que ninguno de los dos equipos "gusta" al otro.

Inglaterra inició su camino en Francia con un empate 1-1 ante Rusia en Marsella, resultado que le deja con la necesidad de ganar a Gales en la segunda jornada del grupo B para no poner en peligro su pase a los octavos de final.

Un gol de Thomas Heathcote Sorby dio a Inglaterra el triunfo 2-1 sobre Gales en enero de 1879, en el London Kennington Oval, en el primer partido entre ambas selecciones.

En 101 partidos entre ambos equipos Inglaterra únicamente ha perdido en 14 ocasiones y entre 1946 y 1976 sólo sufrió una derrota en 33 duelos.

Gales, cuyos escasos triunfos ha celebrado con entusiasmo, destacando la que logró en 1980, en la extinta British Home Championship, cuando Inglaterra había batido cuatro días antes a la campeona del mundo Argentina antes de caer por 4-1 en Wrexham's Racecourse Ground.

En el siglo XXI ambos equipos únicamente se han cruzado cuatro veces, con Inglaterra ganando los cuatro partidos y concediendo únicamente un gol.

En un plano histórico, la relación entre ambas naciones está marcada por las invasiones inglesas y el resentimiento galés.
El rey inglés Eduardo I invadió Gales en el siglo XIII, construyendo grandes castillos que todavía se pueden visitar. Más tarde Gales se anexionó a Inglaterra por Enrique VIII, a comienzos del siglo XVI.

En los años 80 del pasado siglo la primera ministra inglesa Margaret Thatcher se convirtió en una figura muy odiada al sur de Gales, donde se le acusó de acelerar el hundimiento de la industria pesada en la región y dejarla sin su medio de vida.

                  
Aplausos por el empate ruso
                  
Actualmente Gales está gobernada por el parlamento británico en Londres, a pesar de obtener un alto grado de autonomía con la creación de la Asamblea Nacional Galesa en 1999.

"Una gran parte de la identidad nacional galesa está ligada a la relación con Inglaterra y tiene que ver con el hecho de no ser inglés, ser diferente", señala Huw Richards, un periodista y académico galés.

El punto de vista de muchos galeses sobre Inglaterra quedó resumida en el discurso del antiguo jugador de rugby galés Phil Bennett, antes de un partido contra el vecino en 1977.

"Mirad lo que esos bastardos han hecho a Gales. Se llevaron nuestro carbón, nuestra agua y nuestro hierro. Compraron nuestras casas y sólo viven en ellas un par de semanas al año ¿Qué nos han dado? Absolutamente nada", dijo a sus compañeros en los vestuarios del Cardiff Arms Park.

Gales ganó aquel partido. En el rugby la igualdad ha sido un ingrediente habitual de esta rivalidad, a diferencia del futbol, siempre dominado por los ingleses y que parece que ahora puede albergar un nuevo escenario.

"En el campo de futbol ellos son a los que más queremos ganar", señala Christian Mason, un galés de 46 años.

"Tiene que ver con probar quiénes somos. Si no nos ganan, serán atacados duramente por su prensa y por sus aficionados, que nos ven como si no fuéramos nada", añade.

Preguntado sobre esta rivalidad, el centrocampista inglés Adam Lallana dijo: "La gente está diciendo que quieren arrasar a Inglaterra, pero no creo que sea únicamente Gales".

"Es lo que ocurre más o menos con el resto de países. Juegan contra Inglaterra, quieren ganarnos", añadió.

Bale y sus compañeros estaban esperando el despegue de su avión en Burdeos cuando llegó la noticia del empate de Rusia. Entonces se pudieron escuchar los aplausos.

Una victoria contra el viejo enemigo el jueves merecería una celebración mucho mayor. El premio sería doble: ganar al vecino y obtener una clasificación histórica para octavos en su primera aparición en una Eurocopa.
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