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Frías, el que trajo alegría a Ciudad Juárez
El delantero de Indios ha permitido que la ciudad fronteriza se olvide un poco de la violencia
Frías, de 30 años, es el goleador de 'los Indios' con cinco tantos que le ayudaron a poner fin a la pesadilla del descenso a la segunda división y a acariciar un inesperado sueño, que más parece hazaña: eliminar al campeón, Toluca, y llegar a las semifinales del torneo, en las que enfrentará al Pachuca el jueves y el domingo.
Pero el héroe de tanta alegría años atrás consumió su vida como pandillero y drogadicto en Ciudad Juárez, una metrópoli en la que solo el año pasado se registraron mil 600 muertes, casi cinco por día.
'Maleno', como es conocido este hombre que debutó en el profesionalismo en 2008, a los 29 años, nació en un hogar disgregado por el divorcio de sus padres.
Temprano se mezcló con pandillas que se disputaban el control de barrios pobres y el mercado de drogas en Ciudad Juárez. A los 17 años fue recluido en un centro reformatorio debido a los delitos cometidos.
Su vida comenzó a cambiar un año después, cuando nació su hijo.
"Tuve que retirarme de las cosas (drogas y pandillas) en las que andaba metido para mantenerlo. Después vino el futbol" comentó el delantero, que ahora se siente orgulloso de ser ejemplo para muchos jóvenes.
Antes de ser rescatado por el futbol, deambuló como obrero de la construcción y albañil en Ciudad Juárez y El Paso, la comunidad de Estados Unidos que le hace frontera.
A los 20 años comenzó a manifestar una intimidad bien particular con el balón, pero la oportunidad le llegó hace poco cuando un directivo de 'los Indios', equipo fundado en 2005 y que militaba en el circuito de ascenso, le invitó a una prueba.
Con Indios ganó el ascenso a la Primera División para el torneo Apertura 2009 y desde entonces ha sido una de sus figuras del equipo del entrenador uruguayo Héctor Hugo Eugui al lado de los argentinos Ezequiel 'Lechuga' Maggiolo y Héctor Horacio Giménez.
"Es un sueño jugar en primera, es algo que disfruto mucho. La verdad, es que estoy aprendiendo y estoy contento de estar jugando en primera división", explicó Julio Daniel Frías.
Sin embargo, tanta alegría no alcanza a ocultar los temores que genera la violencia en su Juárez querida.
Frías lamenta la situación, pero advierte que es un fenómeno que se repite en muchas ciudades de México.
"Ya estoy acostumbrado. Vivo con eso. Muchos jugadores tienen temor de andar afuera", explicó el delantero, quien mantiene una gran relación con la gente de su barrio, en el que todavía vive su madre.
"Soy como toda persona normal, no porque estoy jugando como profesional cambio el barrio donde vive mi mamá. Yo la visito a diario", declaró Frías, quien suma 32 partidos como profesional en la elite del futbol mexicano.
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