Deportes
Ferrero alcanza de nuevo los octavos de final
Tuvieron que pasar seis años, para que el español pasará a dicha fase del torneo, tras vencer a Gilles Simon por 1-6, 6-4, 7-6(5) y 6-1
Juan Carlos Ferrero regresó, seis años después, a los octavos de final del
Abierto de Estados Unidos, tras eliminar al francés
Gilles Simon, noveno favorito, que decidió abandonar el partido al inicio del cuarto set, cuando el español le aventajaba por 1-6, 6-4, 7-6(5) y 6-1.
El tenista galo, que buscaba los primeros octavos de final, por primera vez en su carrera, en el último Grand Slam del curso, justificó su retirada por dolencias en la rodilla izquierda, de la que fue atendido en la pista, en dos ocasiones, por el médico del torneo.
El adiós de Simon, que había perdido con Ferrero en la única ocasión en la que habían coincidido, en el pasado torneo de Wimbledon, permitió al valenciano quemar una etapa más en el recorrido hacia las alturas del circuito.
En el año del reencuentro con el alto nivel competitivo, con los cuartos que logró el Wimbledon, su despegue en la clasificación mundial y la conquista de éxitos, como el de Casablanca seis años después, el que fuera número uno del mundo vuelve a hacerse notar en Flushing Meadows.
Desde que en 2003 Ferrero disputó la final ante Andy Roddick todo fueron penurias y recuerdos grises del Abierto de Estados Unidos. Pasó sin pena ni gloria. Estancado en los primeros partidos.
Sin embargo, la victoria ante el alemán Phillip Petzner en segunda eliminatoria, en la que remontó dos sets adversos y un 4-1 en el quinto parcial, ha fortalecido a Ferrero, que tampoco se desmoronó ante el top ten francés.
Simon tuvo un arranque fulgurante. Que a punto estuvo de dejar a cero la entrada del español en la tercera ronda. Sin embargo, el valenciano se rehizo y a pesar de la resistencia de su rival, se apuntó, al resto, la manga.
El tercero fue el decisivo. Simon fue atendido por primera vez en el noveno juego. Con ambos amarrados a su saque. Fue el español el que logró la manga en el desempate. Y el galo se hundió anímicamente. Forzó al inicio del cuarto y decidió abandonar.
Ferrero se enfrentará en octavos de final al ganador del choque entre el argentino Juan Martín del Potro, sexto favorito, y el austríaco Daniel Koellerer.
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.-
El tenista galo, que buscaba los primeros octavos de final, por primera vez en su carrera, en el último Grand Slam del curso, justificó su retirada por dolencias en la rodilla izquierda, de la que fue atendido en la pista, en dos ocasiones, por el médico del torneo.
El adiós de Simon, que había perdido con Ferrero en la única ocasión en la que habían coincidido, en el pasado torneo de Wimbledon, permitió al valenciano quemar una etapa más en el recorrido hacia las alturas del circuito.
En el año del reencuentro con el alto nivel competitivo, con los cuartos que logró el Wimbledon, su despegue en la clasificación mundial y la conquista de éxitos, como el de Casablanca seis años después, el que fuera número uno del mundo vuelve a hacerse notar en Flushing Meadows.
Desde que en 2003 Ferrero disputó la final ante Andy Roddick todo fueron penurias y recuerdos grises del Abierto de Estados Unidos. Pasó sin pena ni gloria. Estancado en los primeros partidos.
Sin embargo, la victoria ante el alemán Phillip Petzner en segunda eliminatoria, en la que remontó dos sets adversos y un 4-1 en el quinto parcial, ha fortalecido a Ferrero, que tampoco se desmoronó ante el top ten francés.
Simon tuvo un arranque fulgurante. Que a punto estuvo de dejar a cero la entrada del español en la tercera ronda. Sin embargo, el valenciano se rehizo y a pesar de la resistencia de su rival, se apuntó, al resto, la manga.
El tercero fue el decisivo. Simon fue atendido por primera vez en el noveno juego. Con ambos amarrados a su saque. Fue el español el que logró la manga en el desempate. Y el galo se hundió anímicamente. Forzó al inicio del cuarto y decidió abandonar.
Ferrero se enfrentará en octavos de final al ganador del choque entre el argentino Juan Martín del Potro, sexto favorito, y el austríaco Daniel Koellerer.
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