Deportes
Evans se despide del Tour
El australiano perdió cuatro minutos respecto al lider y no revalidará la corona
El ciclista del BMC se descolgó de los mejores en las dos grandes etapas de montaña de esta edición, precisamente donde debía marcar las diferencias con el británico Bradley Wiggins, que se muestra intratable en la lucha contra el crono.
En La Tuissuire, la etapa alpina más dura, se dejó 1:26 y hoy en Bagnères-de-Luchon, en la etapa reina, cruzó la meta casi cuatro minutos después del maillot amarillo.
Unos problemas gástricos fueron su explicación sobre su mal rendimiento en la etapa, lo que le llevó a decir que su Tour ha acabado.
Pero lo cierto es que Evans no ha dado la impresión en ningún momento de inquietar a Wiggins.
El australiano y el británico aparecían como los dos grandes favoritos sobre el papel para ganar el Tour número 99. El segundo por la gran temporada que venía completando, son victorias en la París-Niza, la Vuelta a Romandía y la Dauphiné.
El primero hacía valer su condición de ganador del Tour de 2011 y de subcampeón en dos ocasiones (2007 y 2008).
Pero desde el primer día se ha mostrado muy lejos del nivel de su rival. En el prólogo de Lieja, de 6,4 kilómetros, se dejó 10 segundos con Wiggins.
En la Planche des Belles Filles, en la séptima etapa, primera con montaña, debía aprovechar para recortar diferencias, pero pese a su intento de dejar a Wiggins, entraron juntos en la meta. El australiano incluso se vio adelantado en la línea de meta por Chris Froome, compañero de Wiggins en el Sky.
El británico se puso el maillot de líder y el australiano quedó segundo.
Pero las distancias entre ambos quedaron patentes en la contrarreloj de Besançon. Wiggins, el mejor especialista en la materia, ganó la prueba de 41 kilómetros. Evans, un buen contrarrelojista, fue sexto a 1.43.
La principal conclusión de aquella jornada fue que Evans necesitaba recuperar mucho tiempo en la montaña para presentarse con garantías de triunfo en la cronometrada de la penúltima jornada.
Con casi dos minutos perdidos afrontó los Alpes con la intención de atacar. Pero en la gran cita, con final en La Toussuire, acabó cediendo 1.26, en lugar de recuperar tiempo.
Fue el primer gran signo de que Evans no rodaba bien. Se cayó del podium y se situó en la cuarta posición.
Evans anunciaba cada día ataques, pero los que hizo fueron de escasa repercusión, inofensivos para la fortaleza que el equipo Sky levantó entorno a su líder. Nada salía y el ciclista iba viendo como el Tour se le escapaba.
El australiano aparecía resignado pero no tiraba la toalla. Acostumbrado a correr a la defensiva, se veía obligado a atacar, a dar la cara frente a un Wiggins que le ganaba en su propio terreno.
"Si pensara que no tengo nada que hacer me iría a mi casa", afirmó tras la etapa de La Toussuire.
El paso de lo días no mejoró las cosas para un Evans que acabó doblando la rodilla en la etapa reina.
Superó con los mejores el Aubisque y el Tourmalet, que el pelotón subió a un ritmo pausado. Envió a dos compañeros a la escapada del día, lo que hacía prever que daría la batalla.
Pero se derrumbó en el Aspin y, aunque contactó con el grupo de los mejores en el descenso, volvió a caer en el Peyresourde.
Su suerte quedó echada y sus opciones de renovar el triunfo enterradas. Ni siquiera subirá al podio. Incluso tiene un compañero de equipo por delante en la general, el estadounidense Tejay van Garderen. Evans claudicó en el año en el que pensaba renovar su triunfo. A sus 35 años, el australiano puede haber dicho adiós definitivamente a su carrera preferida.
Síguenos en