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Eros pierde su máscara y Leo su cabellera

Infierno e In Memoriam se apuntan una importante victoria

GUADALAJARA, JALISCO (18/NOV/2012).- La pareja compuesta por los rudos Infierno e In Memoriam se apuntaron una importante victoria en sus carreras al ganar la lucha de apuestas a Eros, quien tuvo que quitarse su máscara, y Leo, que se tuvo que rapar, en lucha celebrada en la Arena Coliseo de Occidente en su domingo familiar.

Los rudos inmediatamente se fueron contra los estetas, sometiéndolos. Eros se rindió con un castigo a las piernas, abriéndole el compás, pero los golpes que recetaron a Leo, ayudados por las cuerdas, fueron excesivos, por lo que réferi decidió descalificarlos y darle a los técnicos la primera caída.

Los malosos fueron muy superiores a sus rivales, salvo en un momento de lucidez de los estetas cuando dejaron fuera a Infierno, pero In Memoriam puso en orden las cosas y eliminó a los científicos, emparejando las acciones.

Fue en la tercera caída donde Eros y Leo dieron lo mejor de sí, doble vuelo sobre sus enemigos y un sin número de castigos, fue precisamente el del signo zodiacal que con una cruceta a las piernas sacó la rendición a In Memoriam. Todo hacía suponer que Infierno sucumbiría ante el poder técnico y así parecía, pero In Memoriam entró ilegalmente a ayudar a su compañero, logrando que el del hogar de lucifer pateara en la entrepierna a Leo, poniéndolo inmediatamente en toque de espaldas que el réferi, ajeno a todo lo anterior por andar alegando con Eros, por lo que las tres palmadas dejaban fuera al felino.

Todo quedaba entre Infierno y Eros, el marrullero vino de abajo para sacar su colmillo largo y retorcido, doblegó a su oponente y con una enredadera puso espaldas planas al de la mitología griega para dejarlo fuera.

Aunque el público alegaba que había trampa, el réferi dio su resultado y los técnicos tuvieron que pagar: Leo se rapó y Eros se despojó de su máscara, revelando su verdadero nombre, que es Juan García de la Paz, de 29 años y seis como luchador, originario de Tlaquepaque, Jalisco.
 
 EL INFORMADOR / RODRIGO VELÁZQUEZ
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