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Entre un mar de apuestas y jerseys divididos

Los bares y restaurantes tapatíos vibran con el partido estelar de la NFL

GUADALAJARA, JALISCO (03/FEB/2014).- El Super Bowl definitivamente es un evento que adopta a todos. Hasta los que se autodenominan “villamelones” por sólo ver ese partido (y no cualquier partido) que pone ante la televisión a millones en el mundo, generando en un sólo día hasta seis mil millones de dólares en ganancias. Sin embargo, con el “Big Game” viene el arrastre de millones de aficionados, incluyendo los que aporta la Perla Tapatía, donde Seattle y Denver no gozan precisamente de un gran número de seguidores, pero sí de simpatizantes, o por lo menos quienes apostaron a uno u otro equipo.

En el cine fue muy floja la presencia de aficionados. Cuando se pensaba que habría arremolinamiento en las taquillas antes del juego, no hubo nadie que peleara por boletos de los asientos de Cinemex Cordilleras; aunque en la plaza Punto Sao Paulo se reportaron agotadas las entradas para ver en pantallas gigantes y HD este partido.

En Chili’s de Centro Magno, donde se combinó el ambiente familiar con el deportivo, presente con un gran número de tarros de cerveza.

En la Colonia Providencia, los bares quedaron a deber en ambiente, ya que en lugares como el “Manyaleé” o “Figueroa”, lucían con mesas llenas, pero en un ambiente muy relajado. No por esto las pantallas dejaron de transmitir lo más atractivo del día en televisión.

Pero en el Chopper N´Beer edecanes ataviadas con uniformes de Fútbol Americano nos recibieron. Por supuesto, en cada acción (sin importar al equipo) era un buen pretexto para gritar, alzar las manos o ponerse de pie. Hasta los que venían acompañando a los que “saben de americano” se adentraron al juego y no despegaban la mirada de las pantallas distribuidas por todo el bar.

No fue un domingo cualquiera, pero sabiendo que este lunes es “puente” en nuestro país, ya se recuperarán de la cruda los que bebieron o sufrieron, algo que no podrá hacer Broncos, tras la paliza de Denver, pero lo cierto es que una vez más, el llamado “partido del año” cobró brillo y sobre todo, reavivó las emociones entre la afición tapatía.


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