Deportes
El origen
Por Jaime Gallardo
El América, diseñado para ser el antagonista de la historia, es el villano perfecto, lejos de ser el malvado torpe y perdedor; desde su génesis, los otrora Cremas son también un equipo ganador de títulos, triunfador y da la percepción de ser un conjunto poderoso dentro y fuera de la cancha, para la gente eso significan las Águilas, debido al emporio televisivo al cual pertenece con el potencial económico para comprar los elementos que desea para apuntalar a su conjunto, jugadores extranjeros y mexicanos, entrenadores, y hasta árbitros, según dicen sus detractores; en contraste decir “arriba el América” tiene de respuesta abucheos y silbidos, no es común que algún político se profese americanista, sólo en la lucha libre los rudos lanzan arengas a las Águilas para enardecer a los fanáticos.
El Clásico es el enfrentamiento de dos equipos que en la cancha representan el bien y el mal, la lucha de clases, el simpático contra el sangrón. Los dos conjuntos más ganadores y populares le dan a este juego características que ningún otro tiene, por eso es especial y por eso es el Clásico.
Hay aficionados que vienen desde Estados Unidos a presenciar este cotejo, desgraciadamente en ocasiones es inaccesible al aficionado que fielmente acude al estadio a cada partido conseguir los boletos de entrada al cotejo. Los muchísimos americanistas que viven en Guadalajara buscan a cualquier precio el poder ver a su equipo, cosa que ocurre sólo tres veces al año. Para este duelo, también aparecen los fanáticos “snob” que sólo van a este partido para dejarse ver, porque es el encuentro de moda.
La historia de los clásicos entre las dos instituciones puntales de nuestro futbol hace que este partido, por sí mismo, genere amplias expectativas que ciertamente no siempre se cumplen. La ilusión de un partido vibrante es permanente. Por eso el Estadio Omnilife se va a llenar.
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