Deportes

El origen

Por Jaime Gallardo

El enfrentamiento entre el Guadalajara y el América es catalogado como el único Clásico que hay en México, algo que es debatible; lo que es incuestionable es que tiene un interés nacional y hay muchos porqués para tal efecto. Chivas representa todos los matices que el bien pueda tener en una cancha de futbol: su condición nacionalista, menospreciada en otros ámbitos, adquiere en el “Rebaño” un valor agregado y transmite un poderoso mensaje al ser el conjunto con más títulos, además de ser una escuadra integrada únicamente por mexicanos; más ahora, en el mundo de la globalización, con una identidad popular, el “Rebaño” genera un auténtico fenómeno social, independientemente de su millonaria afición, el cobijarse bajo la bandera de Chivas es en automático causal de simpatías, ejemplo; un cantante que quiere congraciarse con su público exclama: “arriba las Chivas”, la reacción de aprobación es inmediata, algo que tal vez no obtendría si dijera: “arriba el Atlante”; más claro, algunos políticos en campaña se dicen Chivas de “hueso colorado”, aunque jamás hayan ido a ver un encuentro del “Rebaño”, es una expresión populista a la cual se recurre para caer bien.

El América, diseñado para ser el antagonista de la historia, es el villano perfecto, lejos de ser el malvado torpe y perdedor; desde su génesis, los otrora Cremas son también un equipo ganador de títulos, triunfador y da la percepción de ser un conjunto poderoso dentro y fuera de la cancha, para la gente eso significan las Águilas, debido al emporio televisivo al cual pertenece con el potencial económico para comprar los elementos que desea para apuntalar a su conjunto, jugadores extranjeros y mexicanos, entrenadores, y hasta árbitros, según dicen sus detractores; en contraste decir “arriba el América” tiene de respuesta abucheos y silbidos, no es común que algún político se profese americanista, sólo en la lucha libre los rudos lanzan arengas a las Águilas para enardecer a los fanáticos.

El Clásico es el enfrentamiento de dos equipos que en la cancha representan el bien y el mal, la lucha de clases, el simpático contra el sangrón. Los dos conjuntos más ganadores y populares le dan a este juego características que ningún otro tiene, por eso es especial y por eso es el Clásico.

Hay aficionados que vienen desde Estados Unidos a presenciar este cotejo, desgraciadamente en ocasiones es inaccesible al aficionado que fielmente acude al estadio a cada partido conseguir los boletos de entrada al cotejo. Los muchísimos americanistas que viven en Guadalajara buscan a cualquier precio el poder ver a su equipo, cosa que ocurre sólo tres veces al año. Para este duelo, también aparecen los fanáticos “snob” que sólo van a este partido para dejarse ver, porque es el encuentro de moda.

La historia de los clásicos entre las dos instituciones puntales de nuestro futbol hace que este partido, por sí mismo, genere amplias expectativas que ciertamente no siempre se cumplen. La ilusión de un partido vibrante es permanente. Por eso el Estadio Omnilife se va a llenar.

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