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El nuevo rostro de Tampa Bay
Que no se diga que nadie estaba avisado o que un mero cambio de nombre es lo que tiene a los Mantarrayas de Tampa Bay por primera vez en los playoffs
Lo de los “Rays” se avizoraba desde hace cierto tiempo, con su amalgama de figuras obtenidas mediante el draft, fichajes sabios y un mánager que desde el primer día les convenció que estaban para cosas grandes.
Son tal vez el rival de más cuidado en esta postemporada, la clase de equipo sin ínfulas que puede jugar con completa soltura.
Una y otra vez en la temporada se decía que no iban a poder aguantar el paso, que tarde o temprano los Medias Rojas y Yanquis —que por una eternidad ejercieron un monopolio en el Este de la Liga Americana— los iban a poner en su lugar.
Aunque parezca difícil de creer, los “Rays” conquistaron el banderín, pese a no tener a ningún lanzador que ganó al menos 15 juegos y sin nadie que bateó por arriba de .300.
Ya nadie se siente sorprendido por al andar de una novena que con 97 victorias y 65 derrotas registró el tercer mejor récord en las Mayores, convirtiéndose apenas en el segundo club en la historia que se clasifica a los playoffs tras redondear el peor récord en la campaña anterior.
Los “Rays” se han ganado el respeto de sus adversarios y han puesto en el retrovisor el hecho que hasta este año nunca habían sumado más de 70 victorias en una campaña regular.
“Son un tremendo equipo”, declaró David Ortiz, el bateador designado dominicano de los Medias Rojas de Boston, que en vano trataron de desplazarlos de la punta en la división. “Juegan como si no tuviesen nada que perder, eso es lo que los hace ser peligrosos”.
Tampa Bay se catapultó a donde se encuentra con el sexto roster más joven de las Mayores y más llamativamente con la segunda nómina más baja, de apenas 43 millones de dólares al comenzar la campaña.
La juventud no solo se refiere a los peloteros. Su presidente Matt Silverman tiene 32 años y el gerente general Andrew Friedman— el genio detrás del despunte— cuenta con 31.
En su momento, la movida maestra de Friedman fue el canje con los Mellizos de Minnesota, con el cual se desprendió del jardinero Delmon Young por los abridor derecho Matt Garza y el torpedero Jason Bartlett.
También se han beneficiado por el inesperado y raudo progreso de Evan Longoria, el tercera base de 22 años que es el gran favorito para ganar el premio al Novato del Año de la Americana.
Longoria, quien fue la primera selección del draft hace apenas dos años, conectó 27 jonrones y remolcó 85 carreras, pese a que se perdió una buena parte del mes de agosto por una fractura en una muñeca.
Quizá el secreto menos reconocido del éxito ha sido la filosofía de su carismático mánager Joe Maddon, bautizada con el número “98”.
Se trata de una ecuación en la que los nueve jugadores poniendo todo el esfuerzo en nueve innings equivale a una de las ocho plazas en los playoffs.
“Desde el año pasado se percibía que eramos un grupo especial, pese a que terminamos últimos y con un récord que no le gustó a nadie”, comentó Peña. “Mucha gente pensó que yo lo decía sólo por hablar y aquí estamos”.
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