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El largo camino de Édgar Castillo a la madurez

El 'Homie' pintaba para ser una figura. Paradójicamente, su traspaso al América significó un desvío en su forma de vida que casi lo echa del futbol

GUADALAJARA, JALISCO (08/AGO/2014).- A los 21 años parecía que nada detendría a Édgar Castillo. El “Homie”, como le dicen, acababa de ser campeón con Santos y recién había fichado para el América. Además era seleccionado nacional y se enfilaba para jugar en el Mundial de Sudáfrica 2010. Todo parecía ir viento en popa.

Sin embargo, Édgar Eduardo, ahora lateral del Atlas, se encontró de frente con su peor enemigo: él mismo. “América… hablar de América… bueno”, dice no muy convencido de reabrir ese capítulo. “Yo tenía 21 años, nunca pensé llegar a ese equipo y cuando me lo ofrecen, por supuesto que dije sí. No me fue bien pero estoy agradecido, te tratan muy bien y ya puedo decir que jugué en un equipo grande”, completa el oriundo de Las Cruces, Nuevo México, sin ocultar en su rostro la desazón por ese pasaje de dos años de su carrera donde jugó en cuatro equipos y no completó ni los cuarenta cotejos en todo ese tiempo.

“Cuando me voy al América todo se viene abajo, fue un bache muy grande en mi carrera. De América me voy a Tigres y tampoco me va bien ahí, de ahí a San Luis donde apenas jugué cuatro partidos, luego a Puebla y sólo jugué los primeros cuatro, regreso al América y nada. La verdad es que Xolos era mi último tren, ahí tuve el segundo aire de mi carrera”, completó.

—¿Qué pasó en ese lapso de América a Xolos?

— En ese lapso no era tan maduro como los soy ahora, ese lapso de América a Xolos tenía 21 años, me gustaba salir de parranda y en algún momento me di cuenta de que ya no eran tantos equipos los que se interesaban por mí. En Xolos me dieron la confianza, el “Turco” Mohamed apostó por mí y gracias a Dios me fue muy bien.

—¿Es difícil asimilar todo lo que se le presenta al futbolista joven?

—Sí, en ese momento ves mucho dinero y no sabes qué hacer con él, te vuelves loco. Honestamente eso me afectó, fama y dinero, todos los reflectores están en América, 50 reporteros todos los días, a donde quieras que sales te reconocen… se puede decir que América fue una perdición para mí.

—¿Qué significa esta oportunidad en Atlas?

—Es una gran institución, tienen una gran afición y estamos con un técnico muy exigente pero que te hace crecer. Yo estoy muy a gusto, Atlas es mi tercer tren, después de que Xolos me ayudó muchísimo. Tengo 27 años y muchos sueños aún por delante.

El momento más raro con EU


Enfundado en la camiseta de Estados Unidos, Castillo fue parte del equipo que le dio a México la clasificación al Mundial de Brasil.

“Me tocó jugar ese partido en Panamá”, recuerda. “Nosotros no sabíamos nada, cuando los panameños ganaban 2-1 nos decían casi casi ‘ahí muere’, que nos tiráramos al piso, que así lo dejáramos porque México iba perdiendo y ellos querían clasificar al Mundial. Nosotros queríamos ganar porque queríamos ser los primeros de la eliminatoria. En el vestidor nos enteramos que el resultado ayudó a México, pero nadie dijo nada, aunque yo por dentro sí dije ‘qué bueno’”.

—¿Qué sentiste de jugar contra México?

Muy raro, porque yo vestí la camisa verde y poco tiempo después los enfrentaba. Pero sonaba el silbatazo y todo se me olvidaba.

• DE AZTECA A YANQUI

Édgar Castillo es gringo, y no sólo por el apodo, sino por convicción

Su español no es tan fluido como su inglés, que lo habla de toda la vida. Édgar todavía piensa cómo se dicen algunas palabras y conecta sus ideas con el “so” anglosajón.

En 2007, después de su irrupción en el futbol mexicano, Hugo Sánchez, seleccionador nacional, lo llamó al Tri preolímpico para uno de los capítulos más negros del balompié azteca: la eliminación de los Olímpicos de Beijing. “Me sentí muy feliz cuando Hugo Sánchez me convocó a la Selección para el Preolímpico, pero también le pregunté a mi papá que qué hacía, sobre todo pensando en un llamado de Estados Unidos; me decidí a tomar la convocatoria que ya estaba que era la de México y desgraciadamente no clasificamos a las olimpiadas. Ahí hablo con Hugo y le digo que me estaban convocando de Estados Unidos; él sólo me dijo que lo analizara bien y que tomara la mejor decisión”, recuerda el ahora Zorro.

Castillo, que era elegible para la Selección de Estados Unidos al no haber jugado con el Tri mayor, decide mantenerse con la camiseta aún y cuando Hugo fue destituido como timonel tras el fracaso del Preolímpico. Así, llegó el momento de tomar la decisión y Castillo dio el paso en noviembre de 2009. “Lo hablé con mis papás y ellos no estaban de acuerdo pues son mexicanos, me dijeron que tomara la mejor decisión y fui con Klinsmann”, dice el “Gringo”.

SABER MÁS

Édgar Eduardo Castillo
Edad:
27 años
Lugar de nacimiento: Las Cruces, Nuevo México
Posición: Lateral izquierdo
Logros:
Campeón con Santos y Xolos
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