El Jalisco volvió a vibrar con una Liguilla
Seguidores de Zorros y Chivas alentaron a sus equipos; al final, los rojinegros salieron felices
GUADALAJARA, JALISCO (11/MAY/2017).- No hubo lleno, pero el Estadio Jalisco volvió a cimbrarse con más de 45 mil aficionados, la mayoría de ellos del Atlas, que no se guardaron nada a la hora de poner color en las gradas y alentar a los protagonistas del duelo de ida de los cuartos de final entre los Zorros y las Chivas.
La salida de ambos equipos fue tardía, aunque eso no mermó el ánimo de ambas aficiones. Mientras que la porra del Guadalajara, ubicada en la cabecera sur del inmueble, cantaba y aplaudía, la barra de los rojinegros pintaba la zona norte del graderío con miles de banderas rojas y negras que ondeaban al mismo tiempo que el himno de la Liga Mx sonaba en todo el estadio.
Ni siquiera una falla en el alumbrado en los albores del encuentro fue motivo suficiente para que ambas parcialidades redujeran sus gritos de aliento. Aunque esto cambió rápidamente para la afición del Rebaño, quienes apagaron sus ánimos al ver que Jair Pereira, el líder de la defensa rojiblanca, volvía a quedarse con las ganas de culminar el encuentro tras una lesión que lo hizo abandonar el terreno de juego.
El Jalisco retumbó con fuerza cuando todo mundo creyó que caería el primer tanto de los Zorros, pero todo terminó en exhalaciones y lamentaciones tras una clara oportunidad de Martín Barragán. Mientras que los rojinegros se lamentaban, los rojiblancos miraban al cielo para agradecer el error del atacante atlista.
No tardó en llegar el festejo de los locales. Ahora sí, el Coloso de la Calzada Independencia estalló gracias a Matías Alustiza. El "Chavo" hizo de las suyas al marcar el primer tanto, el grito de gol sacudió al graderío, la cerveza voló por los aires y las miles de banderas rojinegras ondearon al ver a los suyos marcar el primer gol en Liguilla tras dos años de no hacerlo en instancias definitivas.
Las oportunidades de volver a gritar gol llegaron para el segundo tiempo en ambas porterías, aunque La Fiel de los Zorros siguió en el mismo tenor desde que inició el cotejo. Los fanáticos que coparon la cabecera norte del inmueble dos veces mundialista hicieron que el graderío temblara en diversas ocasiones.
La respuesta llegó de parte de los seguidores del equipo más popular de México apareció al final del partido, mientras que el equipo buscaba el empate desesperadamente, la barra rojiblanca cantaba y saltaba hasta el grado de que algunas luces de bengala brillaron en la zona sur.
EL INFORMADOR / Felipe Romero