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‘El Fandi’, otra víctima del juez Cardona

Cuando se tiene un criterio tan estrecho, no se puede estar en el biombo de un coso taurino. El Fandi con el trofeo obtenido se alzó como triunfador

MÉXICO, D.F.- El diestro español David Fandila "El Fandi" ha sido víctima del protagonismo del presidente (juez en México), Miguel Ángel Cardona, que lo atracó robándole una segunda oreja que merecía por méritos propios y que era solicitada por unanimidad por el público asistente.

Cuando se tiene un criterio tan estrecho, no se puede estar en el biombo de un coso taurino. "El Fandi" con el trofeo obtenido se alzó como triunfador de la sexta corrida de la temporada grande 2009-2010 en la Monumental Plaza México.

El torero granadino alternó con los mexicanos Rafael Ortega, que sufrió un palizón, pero siempre se mostró dispuesto a dar de más y Manolo Martínez hijo, que sin sitio no dejó complacidos a los aficionados.

Con un cuarto de entrada, unas nueve mil personas, se lidiaron dos toros de San Isidro, que hicieron primero y tercero, y cuatro de Javier Garfias. Los del primer hierro, buenos sobre todo el tercero y los garfeños cumplieron sin excelencias. Bien presentados los seis.

Ortega, con el primero, estuvo bien con el capote, banderilleó junto con "El Fandi" y saludaron desde el tercio. Trasteo sin uniformidad con momentos buenos y fue cogido de mala manera al entrar a matar. Saludos desde el tercio. Salió de la enfermería y mejor estuvo con el cuarto, el más manejable de los Garfias sin redondear.Mató de estocada para saludar desde los tercios.

Martínez, hijo del otrora gran figura mexicana del mismo nombre, lució sin sitio, aunque estuvo tranquilo y en el quinto logró ligar buenos muletazos con la derecha, pero el público no le agradeció nada. División de opiniones en ambos.

"El Fandi" ha tenido una reaparición triunfal. Su labor en el tercero ha sido completa. Variado con el capote, enorme con las banderillas y una faena repleta de torería y llena de temple que el único que no la vio fue el juez Cardona. Mató de estocada y se le entregó con mezquindad una oreja, cuando el público pedía con insistencia la segunda.

El que cerró plaza no dio ninguna oportunidad al de Granada, pero ahí estuvo el torero, haciendo un gran esfuerzo que el público le recompensó con su entrega y le ovacionó.
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