Deportes
East Rutherford, una 'sucursal' de Acapulco
El enorme espacio que rodea al Metlife Stadium se volvió una fiesta latina
EAST RUTHERFORD, ESTADOS UNIDOS (20/JUL/2015).- El Sol cae a plomo sobre Nueva Jersey. Tanto que el estacionamiento se vuelve una “sucursal de Acapulco”… Acapulco en East Rutherford. A 37 grados centígrados.
El enorme espacio que rodea al Metlife Stadium ha servido para construir un enorme aparcamiento de automóviles y en día de juegos, ya sea de los Gigantes, de los Jets o de futbol en esta Copa Oro 2015, queda perfecto para tomar, quitarse la camisa, destapar algunas cervezas, poner la parrilla, picar cebolla, jitomate, lechuga, y dejar los chiles remojando en vinagre.
Se pone la carne a asar no más de 15 minutos y entre que pasan los minutos hay que echar limón para que se vaya mezclando con el jugo. Algunos otros les gusta echarle cerveza… Cuestión de gustos.
El aguacate hay que cortarlo en rodajas. Se tiene que comprar uno no muy aguado ni muy sólido… “para el ratito” se pide en el mercado. Y claro no pueden faltar los nopales. Primero se les quitan las espinas, cortándolos en forma transversal, para que éstas caigan al suelo. Después se ponen al fuego, no mucho porque se pueden secar.
Ya casi está lista la carne, a la que no hay que perder de vista…. Ese es el momento justo para que las tortillas se comiencen a calentar. Algunas señoras traen la masa y la aplanadora para hacerlas aquí en el estacionamiento, otras nada más las llevan a calentar, ya las hicieron anoche en casa.
La temperatura sube…. Casi a 39. Los “gringos” que han aprovechado la fiesta latina, se han quitado la camisa y lucen más rojos que un jitomate y ven de lejos cómo va quedando lista la comida.
Es hora de la hora… Y el buen comedor se ve por la forma en que agarra y se prepara el taco.
Se pone la tortilla en la palma de la mano. Primero se echa el aguacate o guacamole si es que se preparó, se esparce bien en ella, para después poner el pedazo de carne, a algunos les gusta agarrar el “gordito”, ese que lleva grasa. Luego va el jitomate, la cebolla de Cambray, bien calientita, y al final la salsa, verde, roja o tricolor.
Todo listo. Todo preparado. Con cerveza en mano, o refresco o aguas frescas, el ritual se ha cumplido. A 39 grados centígrados. Es hora de que ruede el balón.
El enorme espacio que rodea al Metlife Stadium ha servido para construir un enorme aparcamiento de automóviles y en día de juegos, ya sea de los Gigantes, de los Jets o de futbol en esta Copa Oro 2015, queda perfecto para tomar, quitarse la camisa, destapar algunas cervezas, poner la parrilla, picar cebolla, jitomate, lechuga, y dejar los chiles remojando en vinagre.
Se pone la carne a asar no más de 15 minutos y entre que pasan los minutos hay que echar limón para que se vaya mezclando con el jugo. Algunos otros les gusta echarle cerveza… Cuestión de gustos.
El aguacate hay que cortarlo en rodajas. Se tiene que comprar uno no muy aguado ni muy sólido… “para el ratito” se pide en el mercado. Y claro no pueden faltar los nopales. Primero se les quitan las espinas, cortándolos en forma transversal, para que éstas caigan al suelo. Después se ponen al fuego, no mucho porque se pueden secar.
Ya casi está lista la carne, a la que no hay que perder de vista…. Ese es el momento justo para que las tortillas se comiencen a calentar. Algunas señoras traen la masa y la aplanadora para hacerlas aquí en el estacionamiento, otras nada más las llevan a calentar, ya las hicieron anoche en casa.
La temperatura sube…. Casi a 39. Los “gringos” que han aprovechado la fiesta latina, se han quitado la camisa y lucen más rojos que un jitomate y ven de lejos cómo va quedando lista la comida.
Es hora de la hora… Y el buen comedor se ve por la forma en que agarra y se prepara el taco.
Se pone la tortilla en la palma de la mano. Primero se echa el aguacate o guacamole si es que se preparó, se esparce bien en ella, para después poner el pedazo de carne, a algunos les gusta agarrar el “gordito”, ese que lleva grasa. Luego va el jitomate, la cebolla de Cambray, bien calientita, y al final la salsa, verde, roja o tricolor.
Todo listo. Todo preparado. Con cerveza en mano, o refresco o aguas frescas, el ritual se ha cumplido. A 39 grados centígrados. Es hora de que ruede el balón.
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