Deportes

Daniel quiere nadar a Tokio

Junto con su padre Octavio Gómez, es la mancuerna jalisciense que dio siete medallas en la alberca, cuatro oros, dos platas y un bronce

GUADALAJARA, JALISCO (02/JUL/2017).- A corta edad le detectaron trastornos de hiperactividad y déficit de atención, por lo que la búsqueda de algún deporte que lo mantuviera entretenido se convirtió en la tarea primordial de sus padres, quienes encontraron la respuesta en la natación. Hoy, a sus 14 años, Daniel Gómez se ha convertido en uno de los mejores nadadores  mexicanos de la actualidad, aunque esto no hubiera sido posible sin el apoyo de Octavio, su padre, quien se convirtió en su entrenador para conformar una de las duplas más exitosas del deporte jalisciense.

Octavio y Daniel Gómez, padre e hijo, alumno y entrenador, lograron transformar lo que al principio parecía un problema, en medallas de oro, subidas frecuentes al podio de triunfadores y de paso récords nacionales.

Junto a su padre, el joven nadador oriundo de San Martín de Hidalgo se convirtió en uno de los atletas de Jalisco más ganadores de la pasada Olimpiada Nacional al colgarse siete preseas; cuatro de oro, dos de plata y una de bronce.

“Inicié en la natación por mis papás. Yo padezco de hiperactividad y déficit de atención y en la escuela todos los maestros y directores les pidieron que me metieran al deporte. Querían que me cansara y estuviera quieto en la escuela. Después de algunos deportes me empezó a gustar la natación. Mi papá me empezó a entrenar desde que era niño, a los siete años me inscribí a un equipo y a los 12 regresé a entrenar con él”.

Daniel, quien todos los días comienza sus entrenamientos a partir de las cuatro de la mañana, señala que la labor de su padre como entrenador de natación dentro del Code Jalisco fue fundamental para que pudiera romper tres récords de Olimpiada Nacional en las pruebas de la modalidad de dorso.

“En la alberca no le digo papá, le digo coach. Es muy duro a la hora de entrenar, es exigente y rígido, pero eso me ha servido bastante. Esta edición ha sido mi mejor Olimpiada, el año pasado traté de romper el récord, pero no pude y hasta ahora que estoy con él pude lograrlo. Él me ha enseñado a sacar lo mejor de mí, a soportar el dolor, a seguir siempre adelante, tenerlo siempre junto a mí en las competencias es motivante. A veces nos peleamos en la alberca por situaciones de tiempo o series, pero siempre lo que hacemos en la alberca, lo dejamos en la alberca”.

Con Tokio en la mira

Pese a su corta edad, Daniel tiene objetivos muy altos, ya que para este ciclo olímpico buscará su clasificación a Tokio 2020, en donde quiere emular lo hecho por Felipe “Tibio” Muñoz, quien ha sido el único nadador mexicano en colgarse una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos.

“Quiero ir a Tokio en tres años, quiero ser el segundo mexicano en ganar una medalla de oro en la historia de la natación y eso buscaré durante todo este tiempo. Tengo a un ídolo a seguir y ese ídolo es mi papá, lo que hago es por él, gracias a él me gusta la natación. Además quiero vencer a quienes me critican, a los que me dicen que no se puede, quiero demostrarles que sí se puede”.

PARA SABER
Competencias en puerta

Daniel Gómez es una de las cartas fuertes de la natación mexicana para los próximos Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018, aunque antes buscará brillar en Europa cuando compita en los International Childrens Games que se llevarán a cabo a partir del próximo 4 de julio en la ciudad de Kaunas, Lituania.

Motivación de padre

Aunque al principio poco sabía del deporte que tanto le gustaba a sus hijos, Octavio Gómez se adentró en el mundo de la natación al grado de convertirse en el entrenador de su hijo. Luego de una infinidad de cursos y horas de práctica logró su título como coach de natación, algo que pocas veces había pasado por su mente y que hoy se ha convertido en su modo de vida.

“Mi hija mayor empezó también en natación desde niña, ella fue campeona de Olimpiada Nacional en dos ocasiones y campeona centroamericana, desde entonces me encantó la natación, busqué la manera de apoyarlos porque siempre han querido destacar en lo que hacen, me metí a muchos cursos de natación y al final, sin querer, me convertí en entrenador. Nunca pensé que los iba a entrenar y al final así fue, ahora queremos seguir adelante. Entrenar con él nos ha unido bastante, somos más unidos, tenemos más cosas en común. Él ha facilitado mucho las cosas porque sabe muy bien lo que quiere”.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando