Deportes
*Cristante
A propósito por Jaime García Elías
En el futbol, como en el cine, es preferible que en las marquesinas haya nombres capaces de llamar, por sí mismos, la atención...
Aunque de antemano se sabe que el apellido de “Asociación” que lleva el deporte no es en vano, la historia es rica en ejemplos que demuestran que ciertas figuras aportan un atractivo muy especial a sus equipos.
*
La “liguilla” del futbol mexicano, en ese aspecto, acaba de enriquecerse...
Cuando se conocieron los nombres de los ocho participantes, la mayor parte de la crítica se volcó más sobre los grandes ausentes —Guadalajara y América, concretamente— que sobre los presentes. Ya en la primera jornada cambiaron las cosas. El desempeño de Cuauhtémoc Blanco transformó al Santos Laguna, de “extra” en protagonista... Ni siquiera su calidad de campeón defensor le daba, de entrada, el rango de favorito. Sí se lo dio, en cambio, la manera como se despejó la incógnita relacionada con lo que aún le quedaba en las piernas a un jugador del que se decía que tuvo que irse al futbol estadounidense porque el de México ya le quedaba grande.
*
Ahora acaba de incorporarse el nombre de otro protagonista propiamente dicho, a la marquesina de la “liguilla”: Hernán Cristante.
Sin ser un jugador espectacular —por el contrario: su estilo se distingue por la sobriedad—, el arquero del Toluca le robó cámara a Cuauhtémoc la noche del jueves, en el partido de ida de semifinales. Lo hizo porque los amantes de la estadística tuvieron la atingencia de descubrir que la mesa estaba servida para que Cristante hiciera historia, merced a la cantidad de minutos acumulados sin recibir gol.
Sus números se fueron acercando primero a los de Nicolás Navarro, del Necaxa, y más tarde a los de Alan Cruz, de los Tecos. Preservar el cero ante el ataque de los Vuoso, Ludueña, Arce, Blanco y compañía, le permitió cerrar el partido con 746 minutos sin escuchar el Do de pecho del monstruo de mil cabezas en los estadios: el alarido multitudinario de “gol”, que glorifica al atacante y humilla al guardameta.
*
Si el Santos Laguna tenía al “factor Blanco” que de repente lo convirtió en el enemigo a vencer en la “liguilla”, ahora el Toluca, por la ventaja que representará jugar como local, mañana, el partido de vuelta, merced al “factor Cristante”, parece estar en vías de arrancarle el suéter.
Aunque de antemano se sabe que el apellido de “Asociación” que lleva el deporte no es en vano, la historia es rica en ejemplos que demuestran que ciertas figuras aportan un atractivo muy especial a sus equipos.
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La “liguilla” del futbol mexicano, en ese aspecto, acaba de enriquecerse...
Cuando se conocieron los nombres de los ocho participantes, la mayor parte de la crítica se volcó más sobre los grandes ausentes —Guadalajara y América, concretamente— que sobre los presentes. Ya en la primera jornada cambiaron las cosas. El desempeño de Cuauhtémoc Blanco transformó al Santos Laguna, de “extra” en protagonista... Ni siquiera su calidad de campeón defensor le daba, de entrada, el rango de favorito. Sí se lo dio, en cambio, la manera como se despejó la incógnita relacionada con lo que aún le quedaba en las piernas a un jugador del que se decía que tuvo que irse al futbol estadounidense porque el de México ya le quedaba grande.
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Ahora acaba de incorporarse el nombre de otro protagonista propiamente dicho, a la marquesina de la “liguilla”: Hernán Cristante.
Sin ser un jugador espectacular —por el contrario: su estilo se distingue por la sobriedad—, el arquero del Toluca le robó cámara a Cuauhtémoc la noche del jueves, en el partido de ida de semifinales. Lo hizo porque los amantes de la estadística tuvieron la atingencia de descubrir que la mesa estaba servida para que Cristante hiciera historia, merced a la cantidad de minutos acumulados sin recibir gol.
Sus números se fueron acercando primero a los de Nicolás Navarro, del Necaxa, y más tarde a los de Alan Cruz, de los Tecos. Preservar el cero ante el ataque de los Vuoso, Ludueña, Arce, Blanco y compañía, le permitió cerrar el partido con 746 minutos sin escuchar el Do de pecho del monstruo de mil cabezas en los estadios: el alarido multitudinario de “gol”, que glorifica al atacante y humilla al guardameta.
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Si el Santos Laguna tenía al “factor Blanco” que de repente lo convirtió en el enemigo a vencer en la “liguilla”, ahora el Toluca, por la ventaja que representará jugar como local, mañana, el partido de vuelta, merced al “factor Cristante”, parece estar en vías de arrancarle el suéter.
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