Deportes
Cavendish ganó la novena etapa del Giro
El británico Mark Cavendish se llevó la novena etapa del Giro de Italia
Mark Cavendish (Columbia) ganó en un tiempo de 4h16:13 la novena etapa del
Giro, de 165 kilómetros a lo largo de diez vueltas a un circuito por las calles de Milán que no tenían ningún efecto sobre la general por acuerdo de los corredores con la organización para conjurar la amenaza de plante.
Los corredores consideraron que su integridad física peligraba seriamente en el circuito urbano, amenazaron con un plante y consiguieron que la jornada fuera neutralizada para marchar en grupo a una velocidad compatible con su seguridad. La maglia rosa del italiano Danilo di Luca no estaba, por tanto, en juego.
El día había comenzado con noticias esperanzadoras sobre la evolución de Pedro Horrillo, que ayer sufrió una grave caída en la octava etapa. El español ya ha salido del coma inducido y ha pasado una noche "tranquila" , informaron hoy a Efe fuentes hospitalarias.
Los corredores se tomaron la jornada con mucha calma, durante casi todo el día a un ritmo de 33 por hora, muy por debajo de la media más baja prevista, que era de 42.
Transcurridos 20 kilómetros la dirección de carrera había confirmado la neutralización de la etapa. La presión de los corredores, especialmente del líder, Danilo di Luca, y de Lance Armstrong, había surtido efecto. "El circuito no reúne las condiciones mínimas de seguridad" , dijo el italiano.
El organizador del Giro, Angelo Zomengnan, no estaba de acuerdo: "si este circuito es peligroso, carreras como la Amstel Gold Race y la Lieja-Bastoña-Lieja tendrían que ser canceladas. Creo que los corredores se han dejado llevar por la caída de ayer" , comentó.
En un determinado punto el pelotón se detuvo y Danilo Di Luca explicó brevemente la situación a los espectadores. A continuación reanudaron su aburrida marcha, sin un solo intento de fuga. Las vueltas se sucedieron sin novedad a ritmo de cicloturista: 33 km/h.
Zomengnan tenía la esperanza de que, al menos por respeto a los espectadores, los corredores cambiaran de actitud en las cinco últimas vueltas y, en efecto, en el séptimo giro la media aumentó a 35 km/h y poco después superó ya los 50.
El pelotón adquirió su fisonomía habitual para encarar la última vuelta y disputarse lo único que estaba en juego, la victoria de etapa. El Columbia comenzó a trabajar para su esprinter, el británico Mark Cavendish, y el LPR para Alessandro Petacchi.
A 10 km. de meta el francés Thomas Voeckler lanzó el primer ataque del día pero el Garmin se puso al frente y su aventura duró menos de un minuto.
Algunos corredores, incluido el líder Di Luca, prefirieron no entrar en la refriega del esprint y se dejaron caer a un segundo grupo, sabedores de que no había pérdida de tiempo para nadie.
Cavendish concedió al Columbia la tercera victoria consecutiva al imponerse con claridad en el esprint -Petacchi sólo fue cuarto-. El segundo grupo tardó más de dos minutos en cruzar la línea.
Mañana el Giro se tomará un día de descanso antes de afrontar, el martes, la etapa reina, un larguísimo trayecto de 262 kilómetros entre Cuneo y Pinerolo con dos puertos de montaña de primera, incluida la estación de Sestriere.
ROMA, ITALIA.- El británico
Los corredores consideraron que su integridad física peligraba seriamente en el circuito urbano, amenazaron con un plante y consiguieron que la jornada fuera neutralizada para marchar en grupo a una velocidad compatible con su seguridad. La maglia rosa del italiano Danilo di Luca no estaba, por tanto, en juego.
El día había comenzado con noticias esperanzadoras sobre la evolución de Pedro Horrillo, que ayer sufrió una grave caída en la octava etapa. El español ya ha salido del coma inducido y ha pasado una noche "tranquila" , informaron hoy a Efe fuentes hospitalarias.
Los corredores se tomaron la jornada con mucha calma, durante casi todo el día a un ritmo de 33 por hora, muy por debajo de la media más baja prevista, que era de 42.
Transcurridos 20 kilómetros la dirección de carrera había confirmado la neutralización de la etapa. La presión de los corredores, especialmente del líder, Danilo di Luca, y de Lance Armstrong, había surtido efecto. "El circuito no reúne las condiciones mínimas de seguridad" , dijo el italiano.
El organizador del Giro, Angelo Zomengnan, no estaba de acuerdo: "si este circuito es peligroso, carreras como la Amstel Gold Race y la Lieja-Bastoña-Lieja tendrían que ser canceladas. Creo que los corredores se han dejado llevar por la caída de ayer" , comentó.
En un determinado punto el pelotón se detuvo y Danilo Di Luca explicó brevemente la situación a los espectadores. A continuación reanudaron su aburrida marcha, sin un solo intento de fuga. Las vueltas se sucedieron sin novedad a ritmo de cicloturista: 33 km/h.
Zomengnan tenía la esperanza de que, al menos por respeto a los espectadores, los corredores cambiaran de actitud en las cinco últimas vueltas y, en efecto, en el séptimo giro la media aumentó a 35 km/h y poco después superó ya los 50.
El pelotón adquirió su fisonomía habitual para encarar la última vuelta y disputarse lo único que estaba en juego, la victoria de etapa. El Columbia comenzó a trabajar para su esprinter, el británico Mark Cavendish, y el LPR para Alessandro Petacchi.
A 10 km. de meta el francés Thomas Voeckler lanzó el primer ataque del día pero el Garmin se puso al frente y su aventura duró menos de un minuto.
Algunos corredores, incluido el líder Di Luca, prefirieron no entrar en la refriega del esprint y se dejaron caer a un segundo grupo, sabedores de que no había pérdida de tiempo para nadie.
Cavendish concedió al Columbia la tercera victoria consecutiva al imponerse con claridad en el esprint -Petacchi sólo fue cuarto-. El segundo grupo tardó más de dos minutos en cruzar la línea.
Mañana el Giro se tomará un día de descanso antes de afrontar, el martes, la etapa reina, un larguísimo trayecto de 262 kilómetros entre Cuneo y Pinerolo con dos puertos de montaña de primera, incluida la estación de Sestriere.
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