Deportes

Castella y 'Zotoluco' triunfan en la Feria de San Marcos

Sebastián y el mexicano Eulalio López, cortaron dos y una orejas, respectivamente en la quinta corrida de la feria, en la ciudad de Aguascalientes

AGUASCALIENTES, MÉXICO (02/MAYO/2010).-  El  francés Sebastián Castella y el mexicano Eulalio López 'Zotoluco' cortaron hoy dos y una orejas, respectivamente, en la quinta corrida de la Feria de San Marcos, en el central estado mexicano de Aguascalientes.

Los toros de regalo, el séptimo de Bernardo de Quirós, fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, y el octavo fue del hierro de Teófilo Gómez, que como sus seis hermanos anteriores tuvo un poco más de movimiento. En general el encierro fue muy soso, descastado y sin emoción.

Con mucho ambiente y lleno en la plaza, los toros de Teófilo Gómez, bien presentados, pero descastados, estuvieron a punto de echar al traste este festejo.

'Zotoluco' tuvo una labor torera en los tres enemigos y, como sus compañeros de terna, ha tenido que luchar con el fuerte viento que molestó toda la tarde. En su primero, 'Zotoluco' fue ovacionado; en el cuarto también logró una faena con mucha voluntad y decisión, haciendo un toreo con buena técnica y lo mató de pinchazo y estocada. Hubo ligera petición de oreja y ovación para el torero.

Mejor en el que salió en octavo lugar, al que realizó una faena variada, con series muy bien logradas con ambas manos para concluir de estocada desprendida y, a petición del público, fue premiado con una oreja.

Rafael Ortega también luchó con el viento y con dos enemigos poco propicios para el lucimiento. El primero se paró pronto y el torero abrevió para matar de estocada y cinco descabellos. Silencio.

Con el quinto, un toro flojo que no tenía emoción, Rafael Ortega tuvo sus mejores momentos con las banderillas tanto en el segundo como en éste, pero con la muleta no hubo colaboración y falló, cosa rara, con la espada. Dos pinchazos y estocada. Silencio.

Castella, que es querido por el público de Aguascalientes, en su primero, venciendo al viento, parecía que lo iba meter a la muleta pero la res se vino a menos y terminó distraída y sin emotividad. Mató de estocada y fue ovacionado. El sexto fue un toro manso que no tenía ni un pase y el diestro galo lo despachó lo más pronto posible. Silencio.

Esta circunstancia hizo que regalara el séptimo, que ha tenido raza y más emoción que los otros y Castella le instrumentó una faena por el pitón derecho con series estupendas, remates de buen gusto y torerismo. Mató de estocada y, con el público de su parte, obtuvo dos orejas y se convirtió en el triunfador del festejo.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando