Cantera de Chivas corta sequía ante América
Un gol de Zaldívar, jugador hecho en casa, termina una racha negativa de casi seis años
GUADALAJARA, JALISCO (18/FEB/2017).- Chivas le quitó lo amarillo a su estadio. Más de cinco años de no vencer al América en casa habían percudido el blanco en la camiseta del Guadalajara, sin embargo un tiro desde los once pasos cortó una mala racha de 10 años e hizo brillar más que nunca los colores rojiblancos.
Fue Zaldívar el encargado de cobrar el penal, una falta de Pablo Aguilar sobre Alan Pulido puso la pelota sobre el manchón de cal y “Chelo” cobró con autoridad ante Agustín Marchesín, quien sigue sin caer del todo bien en Coapa y este sábado cargará con una losa más en la espalda: sustituir a Guillermo Ochoa como el último cancerbero azulcrema que conoció la derrota en el Estadio Chivas.
Clausura 2011 fue el último torneo donde había caído el águila. Desde ese entonces las burlas americanistas se dieron tanto en la cancha como fuera de ella para el cuadro tapatío; jugadores como Raúl Jiménez, aún en la distancia, recordaban el holgado marcador con el que apabullaron al Rebaño en el Clausura 2014.
Y es que esa cuatro a cero a domicilio fue el pasaje más negro que Chivas vivió en casa durante estos cinco años de espera. Inmerso en temas de descenso y con su archirrival en los primeros planos del futbol mexicano, Guadalajara tuvo que esperar más de dos años para devolver un poco el golpe a los azulcremas, tal y como Edwin Hernández contestó el codazo a Renato Ibarra al minuto 38 de juego.
Fue por eso que el gol de Zaldívar coronó todo. Hizo que Chivas impusiera su ventaja numérica en el campo tras la expulsión de Miguel Samudio, no dejó que fuera en vano la expulsión de Ricardo La Volpe y despertó a unas tribunas que ya habían olvidado lo que era cantarle una victoria al América.
Marco Fabián y Erick Torres fueron los goleadores de Chivas en aquel último encuentro de 2011, pero hoy, con gol de otro canterano suyo, Guadalajara quitó lo amarillo de su estadio e hizo palidecer la camiseta de un América que luce deslavado en el torneo.
EL INFORMADOR/ DIEGO REOS