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Brasil y Rusia en la final olímpica de voleibol
Rusia, bronce en Pekín-2008, suma tres campeonatos olímpicos, todos ganados durante la era soviética
La 'canarinha' se impuso en sets corridos de 25-21, 25-12 y 25-21.
La auriverde fue contundente en el ataque y supo neutralizar la principal arma de los italianos, el saque, lo que le llevó a la victoria.
Es la primera vez que Brasil enfrenta a Rusia en una final olímpica de voleibol masculino. Ya se encontraron en Londres durante la fase de grupos con victoria contundente para Brasil por 3-0.
La auriverde llegó a Londres a renovar la gloria del oro en Atenas, el segundo después del de 1992. Tiene además dos platas olímpicas (1984 y 2008) y nueve Ligas Mundiales, aunque su último papel (sexto lugar, el peor de la historia) despertó dudas por su desempeño en Londres.
Mientras que Rusia, bronce en Pekín-2008, suma tres campeonatos olímpicos, todos ganados durante la era soviética.
Italia una vez más se quedó con las ganas del oro y buscará frente a Bulgaria su tercer bronce. Los de la bota tuvieron un comienzo errante en la fase de grupos pero con su victoria en cuartos de final contra el líder invicto Estados Unidos se colocó el traje de favorita y representaba un peligro para Brasil, enemigo jurado en la disciplina.
La útima vez que ambas selecciones se habían enfrentado fue en noviembre de 2011 en la Copa Mundial de Japón, con triunfo para los de la bota (3-2).
Pero en Londres llegó la venganza con un clásico en el que el 'jogo bonito' se impuso sin ningún tipo de duda.
Los italianos habían arrancado con una muestra de su potente servicio y marcaron el primer punto con un ace imparable de Ivan Zaytzev.
Pero Brasil respondió con fuerza y el partido comenzó en un toma y daca, una guerra de misiles desde todos los flancos, que mantuvo siempre en alto la intensidad de este clásico entre dos grandes del mundo.
El ataque 'canarinho' estaba afinado, con Murillo, Dante y Wallace, aprovechando además las buenas colocaciones del levantador Bruninho. Lucas con Sidao y Murillo también brillaron en el bloqueo, construyendo una pared a prueba de balas italianas, que cada tanto conseguían la forma de pasar.
El opuesto Leandro Vissotto vio uniformado desde el banquillo la partida luego de su lesión en el juego de cuartos que lo sacó del torneo. Wallace entró en su lugar y jugó un papel crucial en la ofensiva desde la banda derecha.
Italia se hundió en el segundo set y ahí acabó el clásico.
Brasil aprovechó las frustraciones del rival, que fallaba puntos y erraba sus necesitados saques, y más suelto dominó el set abriendo diferencias de más de 10 puntos, sin bajar la guardia y con Murillo, Dante y Lucas atacando sin piedad.
El punto 20 del segundo fue espectacular. Una pelota atrás que rescató Murillo pegado a la defensa, que el veterano líbero Sergio Santos tocó del lado italiano para que después, ya del lado contrario, Dante bloqueara magistralmente un mate de Luigi Mastrangelo. Con una diferencia de 12, llegó el punto para set con excelente combinación Murillo-Wallace.
Y la segunda manga la entregaron como la primera: con una bola en la red.
En el tercero hubo tensión en la cancha y hasta intercambio de palabras entre Dante y Cristian Savani.
Un "oh, el campeón volvió" retumbaba en las tribunas del Earl's Court de Londres a medida que se acercaba el triunfo, sellado con un ace de Murillo.
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