Brasil inaugura los primeros Juegos Mundiales Indígenas
Participan cerca de dos mil atletas de una veintena de países en deportes característicos de las comunidades indígenas, aunque también habrá espacio para modalidades occidentales
Tras varias horas de espera, la llegada de la noche dio entrada a la etnia Pataxó, originaria del estado amazónico de Tocantins cuya capital, Palmas, acoge hasta el próximo 31 de octubre los primeros Juegos Mundiales de los Pueblos Indígenas (JMPI).
A los Pataxós les siguieron una decena de etnias brasileñas y con ellas sus ritmos, sus vestimentas y sus tradiciones, cuya diversidad es comparable con la extensión de Brasil, el país más grande de Latinoamérica.
Las etnias brasileñas mostraron al mundo un pedazo de sus culturas, pero también fueron testigos de las tradiciones de los indígenas llegados de otros países del globo, como Guatemala, Colombia, Costa Rica, Bolivia, Perú, México, Panamá, Uruguay, Estados Unidos, Canadá, Rusia y Finlandia, entre otros.
Desde Nueva Zelanda aterrizaron los maorí, con sus expresivos rostros, sus tatuajes y sus lanzas, y bailaron ante los ojos de indígenas de todo el mundo el haka, un tipo de danza de guerra antigua que se utilizaba tradicionalmente en el campo de batalla y cuando los grupos se reunían en paz.
Al igual que las Olimpiadas, de las que Brasil será sede en 2016, los Juegos Mundiales de los Pueblos Indígenas también tuvieron su antorcha, la cual fue paseada por la arena del estadio Nilton Santos por una joven pareja de indios.
La ceremonia de apertura comenzó con el fuego y terminó de la misma forma. Después llegó el himno de Brasil -cantado en guaraní-, se disputó una carrera de tronco y todas las etnias bailaron al mismo tiempo en la arena, sin distinción alguna de pueblo o país.
"Ha sido un bonito encuentro de etnias. Para muchas personas todos los indios son los mismo y hay una gran diferencia cultural ente unos y otros", dijo a Efe Juatá, de la etnia Patxó.
Los indios brasileños aprovecharon para pedir a Rousseff "que no cierre los ojos ante las atrocidades que se hacen en contra de los pueblos originarios de Brasil", que cuenta con más de 300 etnias.
A su llegada al estadio, la jefa de Estado fue aplaudida, pero también recibió abucheos por parte de un grupo de indios descontentos.
En el marco del evento, que cuenta con el apoyo de la ONU, los participantes practicarán deportes característicos de las comunidades indígenas, aunque también habrá espacio para modalidades occidentales, como el fútbol moderno, tanto femenino como masculino.
A partir de mañana, los indios disputarán competiciones de arco y flecha, de tiro de lanza, carreras de velocidad y navegación en canoa rústica tradicional.