Allá en la fuente

GUADALAJARA, JALISCO.- Las cosas están que arden con las Chivas.
Pues, dizque Ramoncito Morales dejó, por voluntad propia, de ser el capitán del equipo.

Aquí hay “gato encerrado”.
Pues, o realmente lo decidió él mismo, aunque lo dudo, porque llegó a la rueda de prensa ayer, a anunciarlo, con un escrito recién impreso, que solamente faltó que estuviera con papel membretado de la oficina de prensa del club.

La otra razón fue que, al más puro estilo Pilatos, se lava las manos para ya no tener vela en los menesteres de ese “Rebaño”.

Y es que hay que tener muchos pantalones, y muchos... de los de gallina, como para dar la cara para calmar a sus compañeros fiesteros, aquellos que luego chocan en las madrugadas, o llegan a entrenar recién salidos de los “after”.

Dicen las malas lenguas que dizque los rojiblancos ya no le hacían caso a Ramoncito.
Él, que es tan buen muchacho, bien portado, que nunca ha estado en escándalos y que nunca llega al entrenamiento con aliento a jarrito de Tonalá...

Ah, ahora caigo.

Pues fue por eso. Al no ir a las fiestas de sus compañeros, pues ya lo cortaron.

Ahora el designado... y no lo digo por aquello del “conductor designado”, sino de portar el gafete de capitán, será Omar Bravo.
Quizás con él, el resto del plantel se sentirá bien identificado, o por lo menos su compadrito.

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