Deportes

Al mando de su propia nave

Fabiola Núñez tuvo que poner la escuela antes que el deporte, pero pudo volver, conoció el oro y va por más en Panamericanos

GUADALAJARA, JALISCO (13/SEP/2011).- Fabiola Núñez Zurita sabe que no hay casualidades. Sus logros no son fruto de la buena fortuna: el único “secreto” de sus resultados es la inquebrantable disciplina que en todo momento le recuerda que debe descansar y comer bien, que no puede faltar a los entrenamientos y que, por ahora, sólo debe concentrarse en el deporte que practica desde que tenía 23 años.

Desde que comenzó en el remo, hace siete años, ha conseguido varios de sus objetivos originales, a pesar de que la tarea no ha sido sencilla, ya que por mucho tiempo tuvo que combinar sus dos grandes pasiones: la medicina y el remo. Sin embargo, uno de los momentos más difíciles llegó cuando, por sentir que ya no podía sobrellevar ambos deberes, tuvo que optar sólo por uno.

La prioridad fue su formación académica.

“Empecé a practicar cuando estudiaba medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); durante mi paso por Ciudad Universitaria entré al equipo de remo de la institución y desde entonces, con algunas pausas debido a los estudios, he hecho mi mejor esfuerzo”, destaca la deportista, que desde hace cinco años rema a nivel competitivo y desde hace cuatro entrena con la Selección Nacional de Remo.

Pese a las pausas en sus entrenamientos, la destacada estudiante no se alejó completamente del deporte; por el contrario, buscó una rama de la medicina que la hiciera mantenerse cerca: decidió continuar su preparación en Medicina de la Actividad Física y Deportiva, especialidad que concluyó hace apenas unos meses.

Reto superado

Sus tres hermanos, su mamá y su papá siempre han sido el pilar que la sostiene en la carrera a la meta; el apoyo incondicional y el impulso que recibe de cada miembro de su familia son la motivación para estar erguida en la ardua competencia.

Además de sus seres más queridos, como en cualquier camino que se recorre sin prisa, Núñez se ha topado con personajes que quizá sin saberlo fueron clave para tomar ciertas decisiones que la encaminaron a los Juegos Panamericanos 2011.

“En el remo hay mucha gente a la que admiro; por ejemplo, Martha García, quien representó a México durante los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004 y quien, además, fue la razón que me impulsó a retomar este deporte, a entrenar con mayor dedicación y a luchar por lo que quiero. Ella tenía más de 30 años cuando compitió en las Olimpiadas, entonces me dije: ‘Si ella puede, yo también’, y aquí estoy”.

Segura de su regreso y dando lo mejor de sí, Fabiola Núñez hizo realidad uno de sus primeros sueños como deportista: fue representante mexicana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2010, de Mayagüez, Puerto Rico.

Núñez Zurita mostró —junto a sus compañeras— una destacada participación que le valió dos medallas de oro. La primera se consiguió a bordo de la embarcación de peso doble abierto, junto a Gabriela Huerta. La dupla logró un tiempo de siete minutos, 16 segundos y 17 centésimas, suficiente para ocupar el lugar más alto del podio.

La otra presea fue el resultado del esfuerzo de un equipo conformado nuevamente por ella y Gabriela Huerta, pero en esta ocasión también se sumó el talento de Analicia Ramírez y Lilia Pérez, con quienes logró cronometrar seis minutos, 50 segundos y 70 centésimas que valieron otro oro.

Sus compañeras no sólo son las personas con las que conjunta esfuerzos para alcanzar el objetivo en común; las mismas mujeres con las que logró la victoria son para Fabiola Núñez sus rivales más fuertes cuando se trata de un trabajo individual: “Son muy talentosas y apasionadas, son un contrincante fuerte y duro de vencer”.

Con la mirada en Guadalajara 2011

Hoy asumida un “puma orgulloso de sangre azul y piel dorada”, ha sabido combinar su profesión con el deporte y, aunque hoy en día entrena de tiempo completo, anteriormente trabajó como médico con un equipo de futbol americano y, en la UNAM, laboró con los equipos de la institución.

“Ahorita estoy entrenando mucho con la finalidad de estar en los Juegos Panamericanos, que significarán un gran paso dentro de las metas que me he planteado como deportista. Además, me da muchísima emoción saber que mi trabajo rinde frutos y que, gracias a la dedicación que he puesto en esto, me encuentro calificada para una competencia de esta magnitud. Lo que sigue es fijarme metas mucho más grandes, como unos Juegos Olímpicos”, asevera.

Los esfuerzos van más allá de combinar los estudios con el deporte. Núñez ha debido dejar de lado su vida social y el concepto de “tiempo libre”. En su vida actual sólo existen el remo y su familia; lo demás puede esperar: vale la pena cuando se va tras un sueño.

El orgullo, dice, no le cabe en el pecho. Y no hace referencia sólo a sus logros, sino a la alegría que le da saber que este deporte ha ganado terreno en México “a pesar de no ser tan popular”. Lo importante para Núñez es que cada vez hay más estados que se suman a la práctica, así como más espacios que permiten que la gente sepa lo que es el remo.

Entrena todos los días. De martes a viernes las prácticas son, rigurosamente, por la mañana y por la tarde; sábados y domingos entrena sólo por la mañana. Aunque el entrenamiento de remo podría llevarse a cabo en cualquier campo de agua, la Selección Nacional —que visitó la Laguna de Zapotlán el Grande, sede de las competencias panamericanas, durante agosto— lo hace en Xochimilco, en una pista artificial que fue construida para los Juegos Olímpicos de 1968. Su entrenador actual es Daniel Jurado.

“Madrugar todos los días, el cansancio y no tener vida social” son sacrificios que se traducen en una oportunidad para destacar en lo que más le gusta. Por esta razón, la “auriazul de corazón” siempre trata de impulsar a los jóvenes que se caracterizan por poseer un espíritu deportista: “Cualquiera puede tener capacidades sin descubrir, lo importante es encontrar la manera de explotarlas. Hay que dejar los pretextos como ‘no tengo tiempo’ porque, si uno se lo propone, siempre hay forma de luchar por los sueños”.
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