Deportes
111-98. Los Lakers responden con carácter e igualan la serie
Zigzagueante juego entre Lakers y Rockets hace vibrar el Stapleas Center
Los Lakers recobraron la confianza en sí mismos y respondieron con carácter a los
Rockets de Houston (111-98), en un partido que exhibió una primera parte de baloncesto vibrante y que desembocó en una bronca en la segunda mitad, con acciones al límite de lo legal.
Kobe Bryant resultó letal. Sus 40 puntos hablan por sí solos, al igual que los 22 puntos, 14 rebotes y la gran defensa de Pau Gasol, claves para unos Lakers que neutralizaron en ataque al pívot Yao Ming (12 puntos y 10 rebotes), pero que volvieron a sufrir a un tremendo Ron Artest (25 tantos), que perdió la cabeza en la recta final.
Los Rockets aguantaron a duras penas el impresionante despliegue ofensivo con el que comenzaron el partido los Lakers, picados en su orgullo tras la dolorosa derrota encajada el lunes en su propia cancha (92-100).
En el Staples olía a revancha. El equipo de Phil Jackson anotó trece de sus primeros quince tiros, con Bryant ejerciendo de mago, Gasol hundiendo todos los balones que se acercaban al aro y Lamar Odom dirigiendo y asistiendo, como si de una versión pormenorizada de Magic Johnson se tratara.
Así se llegó al 31-16 en apenas nueve minutos. Enfrente, Luis Scola y Artest personificaban la resistencia texana al término del primer cuarto (39-25), con 15 puntos de Bryant y 13 de Gasol, perfecto en el tiro, para un baloncesto que resultó puro espectáculo.
Sin embargo los Rockets iban a dar un vuelco completo a la situación. Primero bajaron los humos a los locales con un parcial de 4-12, que coincidió con Bryant y Gasol en el banquillo, y la reacción de Houston no se frenó a pesar de la tercera falta de su pilar, Yao Ming, en el minuto 18.
Los reservas de Houston, especialmente Carl Landry -16 puntos en el segundo cuarto- y Von Wafer, terminaron por meter a los Lakers en un tremendo socavón, tanto es así que los Rockets consiguieron su primera ventaja del partido (48-49) tras un parcial de 9-24, y metieron el miedo en el cuerpo al público angelino, mucho más involucrado que en ocasiones anteriores.
Un triple de Bryant dejó el marcador en tablas al descanso (57-57), tras unos minutos que evidenciaron la profunda desigualdad de calidad entre los titulares y los reservas de los Lakers, y lo equilibrado del juego en equipo de los Rockets, a pesar de los dos puntos de Ming.
Los Lakers debían reinventarse. A falta de Andrew Bynum (cero puntos, totalmente ausente), Bryant y Gasol asumieron los galones y construyeron, paso a paso, una ventaja que volvió a la barrera de los diez puntos (75-65, m.30).
Su equipo había recuperado el hambre por ganar y cierta mordiente en defensa, pero Houston no se fue del partido por un instante.
Artest, intenso, aguerrido y exhibiendo un nivel espectacular, mantuvo a flote a los suyos (79-74), y tras un festival de técnicas pitadas a ambos equipos y una doble falta flagrante de Fisher -expulsado directamente, será baja en el tercer partido- sobre Scola, se llegó al último periodo con una ventaja cómoda, pero no definitiva, para los locales (86-77).
El juego duro había llegado para quedarse, pero las buenas noticias para los Lakers llegaron con la aportación de Luke Walton, Jordan Farmar y Sasha Vujacic, tan requeridos como ausentes en los últimos partidos.
El trío mantuvo la renta hasta que volvieron a pista Gasol y Bryant, cuyo encontronazo con Artest resultó determinante. El choque entre ambos, dialéctico y físico, desató las iras del escolta de Houston, al que pitaron una técnica y expulsaron tras realizar un gesto amenazante al líder angelino.
Y cuando al número 24 le buscan las cosquillas, le encuentran.
Los ÁNGELES, CALIFORNIA, EU.-
Kobe Bryant resultó letal. Sus 40 puntos hablan por sí solos, al igual que los 22 puntos, 14 rebotes y la gran defensa de Pau Gasol, claves para unos Lakers que neutralizaron en ataque al pívot Yao Ming (12 puntos y 10 rebotes), pero que volvieron a sufrir a un tremendo Ron Artest (25 tantos), que perdió la cabeza en la recta final.
Los Rockets aguantaron a duras penas el impresionante despliegue ofensivo con el que comenzaron el partido los Lakers, picados en su orgullo tras la dolorosa derrota encajada el lunes en su propia cancha (92-100).
En el Staples olía a revancha. El equipo de Phil Jackson anotó trece de sus primeros quince tiros, con Bryant ejerciendo de mago, Gasol hundiendo todos los balones que se acercaban al aro y Lamar Odom dirigiendo y asistiendo, como si de una versión pormenorizada de Magic Johnson se tratara.
Así se llegó al 31-16 en apenas nueve minutos. Enfrente, Luis Scola y Artest personificaban la resistencia texana al término del primer cuarto (39-25), con 15 puntos de Bryant y 13 de Gasol, perfecto en el tiro, para un baloncesto que resultó puro espectáculo.
Sin embargo los Rockets iban a dar un vuelco completo a la situación. Primero bajaron los humos a los locales con un parcial de 4-12, que coincidió con Bryant y Gasol en el banquillo, y la reacción de Houston no se frenó a pesar de la tercera falta de su pilar, Yao Ming, en el minuto 18.
Los reservas de Houston, especialmente Carl Landry -16 puntos en el segundo cuarto- y Von Wafer, terminaron por meter a los Lakers en un tremendo socavón, tanto es así que los Rockets consiguieron su primera ventaja del partido (48-49) tras un parcial de 9-24, y metieron el miedo en el cuerpo al público angelino, mucho más involucrado que en ocasiones anteriores.
Un triple de Bryant dejó el marcador en tablas al descanso (57-57), tras unos minutos que evidenciaron la profunda desigualdad de calidad entre los titulares y los reservas de los Lakers, y lo equilibrado del juego en equipo de los Rockets, a pesar de los dos puntos de Ming.
Los Lakers debían reinventarse. A falta de Andrew Bynum (cero puntos, totalmente ausente), Bryant y Gasol asumieron los galones y construyeron, paso a paso, una ventaja que volvió a la barrera de los diez puntos (75-65, m.30).
Su equipo había recuperado el hambre por ganar y cierta mordiente en defensa, pero Houston no se fue del partido por un instante.
Artest, intenso, aguerrido y exhibiendo un nivel espectacular, mantuvo a flote a los suyos (79-74), y tras un festival de técnicas pitadas a ambos equipos y una doble falta flagrante de Fisher -expulsado directamente, será baja en el tercer partido- sobre Scola, se llegó al último periodo con una ventaja cómoda, pero no definitiva, para los locales (86-77).
El juego duro había llegado para quedarse, pero las buenas noticias para los Lakers llegaron con la aportación de Luke Walton, Jordan Farmar y Sasha Vujacic, tan requeridos como ausentes en los últimos partidos.
El trío mantuvo la renta hasta que volvieron a pista Gasol y Bryant, cuyo encontronazo con Artest resultó determinante. El choque entre ambos, dialéctico y físico, desató las iras del escolta de Houston, al que pitaron una técnica y expulsaron tras realizar un gesto amenazante al líder angelino.
Y cuando al número 24 le buscan las cosquillas, le encuentran.
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