Deportes
* “Te llamabas...”
A propósito
A la tercera fue la vencida. Las derrotas hilvanadas
ante Jaguares, Atlas y Tigres hicieron
caer a Efraín Flores del puente de mando del
Guadalajara. Ayer, finalmente, la quiniela trágica
en que se planteaba quién, de entre Raúl
Arias (Necaxa), Benjamín Galindo (Cruz Azul)
y el propio Efraín, sería el primero en darse de
alta en las filas del desempleo, se despejó por
este último.
*
Estaba escrito que así tendría que suceder.
Independientemente de los resultados adversos,
que eventualmente pudieran atribuirse a los famosos
imponderables del futbol, la desgracia de
Efraín obedeció a que a las “Chivas”, en esta campaña,
no se les veía figura.
Incluso en la jornada 8 del Torneo de Clausura,
cuando destrozó la aureola del Pachuca
con un escandaloso 5-0, se hizo la salvedad: en
el primer tiempo, los “Tuzos” habían jugado
mejor y habían estado más cerca del gol que
los rayados. En el segundo lapso --se escribió
aquí-- cambiaron las cosas “merced a la combinación
de dos factores: el oportunismo de
Omar Arellano --que regresó a la cancha con
el trébol de cuatro hojas en la mano--... y las
torpezas de los defensores hidalguenses, al regalar
dos penalties”.
*
Aquel 5-0 fue una llamada de atención para
todos... excepto para Efraín. La prueba está en la
absoluta inoperancia del ataque rojiblanco en los
tres partidos consecutivos resueltos con otras
tantas derrotas.
Y no es tanto que el gol se haya negado, sino
que, salvo un remate frontal de Borgetti en el
“Clásico” contra el Atlas, que se estrelló en el travesaño,
en los 270 minutos acumulados en esos
tres encuentros, los rojiblancos, en el aspecto
ofensivo, han dependido al cien por ciento de los
movimientos desequilibrantes (aunque intrascendentes,
la verdad sea dicha) del “Venado” Medina.
De ahí en más, se han visto carentes de una
fórmula, de una idea colectiva, de un plan de juego
para los pasajes de los partidos en que la pelota
es suya. Y en un equipo que de manera persistente
se niega a dar señales de saber qué hacer
con el balón, como en una orquesta en que los músicos
carecieran de una partitura, hay que tomar
medidas drásticas. No hay de otra.
*
En el aspecto sicológico, se supone que la
medida debe ser un revulsivo para el plantel. (Como
dicen.
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